Durante la inauguración de la edición especial de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el presidente de su comité organizador dedicó el encuentro editorial y literario “a la memoria de todos los fallecidos” por covid-19.
“Miles de hogares han sido tocado por esta pandemia, y las víctimas mortales han superado todas las proyecciones. Muchos hemos perdido a familiares, amigos, vecinos… personas significativas en nuestras vidas. Lo lamentamos profundamente y expresamos nuestras condolencias: dedicamos esta FIL a la memoria de todos los fallecidos”.
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Luego de señalar que hasta el final se mantuvo la esperanza de lograr un programa presencial, desde principios de marzo se intuyó que había pocas probabilidades de hacerlo, de ahí esta edición virtual para la que se preparó “un programa diverso y de gran calidad que nos hará vivir plenamente la feria del libro: asumimos como un deber no cancelar la FIL por las dificultades o por las difíciles circunstancias que vive el mundo del libro hoy”.
En la ceremonia, celebrada de forma presencial, en la que estuvieron el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí, y el presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Juan Luis Arzoz Arbide, además de la directora de la FIL Guadalajara, Marisol Schulz, Raúl Padilla López habló de la importancia de recibir un galardón como el Premio Princesa de Asturias, sin la crispación política que se genera en nuestro país.
“Fuera de nuestro país, de la crispación política y las declaraciones que encienden las redes sociales no tienen cabida. Lo que se conoce e importa allá es que México organiza una de las ferias más relevantes del mundo y eso es importante para los millones de personas que escriben y leen en nuestro idioma.
“La FIL nació y se ha consolidado, a pesar de muchas cosas, pero nunca en contra de personas e instituciones. A pesar del escepticismo de quienes dudaron de su éxito en un país como el nuestro o a pesar de los cambiantes criterios de los gobiernos en turno para apoyar su realización o en contra de que se impongan criterios de qué libros, ideas o qué discursos sí valen y deben escucharse, los libros son vehículos de la libertad y enemigos de cualquier tipo de fundamentalismo”, enfatizó Padilla López, quien recordó unas palabras del rector Javier Barros Sierra: “viva la discrepancia, porque es lo mejor para servir. Viva la discrepancia, porque es el espíritu de la Universidad”.
Y la FIL, antes que todo es una feria de la universalidad, resaltó el presidente del Comité Organizador de la Feria, antes de dar paso a la ceremonia de entrega del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, a la portuguesa Lídia Jorge.
ÁSS