Eblen Macari, con su instrumento de madera y cuerdas en las manos, disparó una ráfaga de sentimientos ante las personas que desbordaron el Foro FIL, el espacio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara dedicado a la música.
El compositor mexicano salió puntual a su presentación, 21:00 horas, acompañado de una cuadrilla sonora de talento probado, por ejemplo: la clavecinista Olga Martínez y el experto en alientos y canto armónico Jesús Cuevas.
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Mestizaje musical es lo que mejor define al trabajo del guitarrista, pues en su set recorrió canciones tradicionales de México, composiciones propias y piezas europeas icónicas.
De Beirut a Cosamaloapan, disco que Macari publicó en 2011, fue la base para su espectáculo, donde hay lugar para la improvisación. El músico planea, pero también gusta del juego.
Destacó el momento en que Jesús causó sorpresa cuando, solo con su voz, combinó los sonidos guturales y los agudos, una polifonía que suscitó una pregunta entre los espectadores: “¿Tiene un silbato en la boca, no?”.
Antes de algunos temas, Macari dio un poco de contexto. Por ejemplo, de Fado dijo que “hablando de la Feria del Libro, compuse esta pieza con algunos fragmentos de la poesía de Fernando Pessoa”.
Sobre una canción tradicional de la Bretaña francesa, comentó: “Hace muchísimos años escuché esta canción que me gustó mucho y decidimos montarla… Algunos pedazos, porque la lengua es muy difícil, y es una historia de amor de un marinero que se va a París y cuando regresa su prometida se está casando en la parroquia”.
Macari también evocó a su hija con la melodía que creó en su honor: Son para Karime.
Durante el acto de Eblen, el público al principio se mostró cauto, pero con el fluir de la cerveza y los sonidos, pronto algunos escuchas se incorporaron de sus asientos para bailar y grabar. El compositor gustó, conquistó y, al final, se llevó ese grito que es sinónimo de éxito: “Otra, otra”.
ÁSS