Antes de la pandemia, la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) estimaba ventas por once mil 126 millones de pesos para 2020. Sin embargo, debido a la contingencia, han considerado “que la facturación tendrá un decremento del 22 por ciento, pudiendo ser del 29 por ciento en el escenario más pesimista, lo que implicaría que la industria editorial habría dejado de facturar dos mil 329 millones de pesos o tres mil 162 millones de pesos en el escenario más negativo”.
Estos números se presentaron en la edición virtual de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde el presidente de la Caniem, Juan Luis Arzoz, señaló que, ante la falta de apoyo de las autoridades gubernamentales, el trabajo que se tiene que hacer es a través de los canales de venta para llegar a los lectores.
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“Un enfoque más hacia el lector, para lo cual se requiere crear grupos de lectura que ayuden a mejorar la situación. Una parte muy importante es evitar la piratería, un flagelo que nos pega durísimo en todas las ventas regulares del libro; tenemos una campaña que se denomina ‘Ponle punto final a la piratería’ y el año que entra sacaremos otra campaña para evitar la piratería, tanto en libro físico como en digital”.
Acerca de la aprobación a las reformas de la Ley del Libro y el Fomento a la Lectura, en la Cámara de Senadores, en especial en lo referente al precio único al libro, el representante de los editores privados reconoció dos problemas: apenas se va a discutir en la Cámara de Diputados y no es de plazo inmediato.
“El efecto que tendrá la modificación del término del precio único (será positivo), sin embargo, estamos hablando de que en 10 años nos vamos a recuperar. Esperamos que con este tipo de acciones la recuperación sea mucho más rápida y volver al número de una industria sana y saludable que nos dé posibilidades de crecimiento”, señaló Juan Luis Arzoz.
Un decremento que se ha dado de manera gradual, por lo menos, durante los últimos cinco años: en 2019, el sector editorial editó más de 23 mil títulos, alrededor de 118 millones de ejemplares, 26 millones de ejemplares menos con respecto a 2015.
El año anterior se vendieron alrededor de 123 millones de ejemplares, con una facturación de 11 mil 234 millones de pesos, ello refleja una disminución de siete por ciento en cuanto a ejemplares, aunque la facturación subió seis por ciento debido al incremento del precio promedio de cada ejemplar por la inflación y los costos de producción, aunque eso no se refleja en la venta al público”, explicó Alejandro Ramírez, director de la Caniem.
Los números se presentaron dentro del programa de la FIL Guadalajara, a través de la conferencia “La industria editorial en tiempos de pandemia”.
PCL