La escritora Irene Vallejo reveló que cuando escribió El infinito en un junco pensó que sería el último libro de su vida. Afortunadamente se equivocó y el libro se convirtió en un éxito planetario.
“Yo lo escribí pensando que sería mi último libro, mi despedida del sueño de ser escritora, pero fui la primera sorprendida cuando me comenzaron a decir que era muy exitoso”.
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La colaboradora de MILENIO dijo en un encuentro con la prensa, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que comenzó a escribirlo en un momento complicado en su vida.
“Cuando lo emprendí, fue un momento personal muy difícil. Había nacido mi hijo con problemas de salud y, sabiendo que era tan difícil ganarse la vida como escritora antes de tener una gran situación personal de este tipo, creí que el cuidado del niño me apartaría definitivamente de la literatura. Quise escribir este último libro como una despedida y agradecimiento a todo lo que la literatura y los libros habían hecho por mí”.
Irene Vallejo conquista a todos con su sonrisa franca y abierta, pero más con su dulce voz, tierna, como quien te relata un cuento y te lleva a otros mundos.
En el encuentro, se le pregunta por el éxito de su libro, la escritora cree que fue por la forma en la que cuenta las historias.
“Decidí hacerlo en forma de ensayo, pero un ensayo fronterizo, utilizando todas las herramientas que yo había aprendido de la ficción. Es un género que yo siempre he amado y le gustaba especialmente a mi padre. Quise hacer un experimento, jugando con muchos registros desde el periodístico, narrativo, la reconstrucción de paisajes, personajes, biografías históricas; pero también, memorias de mi propia infancia, experiencia, mi relación con los libros y una autobiografía a través de los libros”.
Además, la escritora explicó que “yo pensaba que con el ensayo sería mucho más difícil llegar a los lectores, porque la narrativa tiene esa preponderancia en el mercado, pero también pienso que en épocas de incertidumbre fuerte como la que estamos viviendo, buscamos en el ensayo las explicaciones y las conexiones; una manera de entender todas estas facetas desconcertantes de la realidad e integrarlas en un discurso”.
Para Irene Vallejo, El infinito en un junco tiene un carácter mixto que es como un encadenamiento de realidades, historias y personajes que siempre están en movimiento.
“Intenté que fuera muy ágil, una especie de ‘mil y una noche de los libros’, en el que cada una de estas historias transmitiera toda la teoría que yo quería comunicar a mis lectores, pero de una manera placentera, porque el placer es el principal detonante del aprendizaje”.
Vallejo se encuentra feliz en México, es la primera vez que viene a la FIL, habla de todos los temas, se ve contenta de estar Guadalajara; de hecho, asegura que su hijo se llama Pedro, por la célebre novela de Juan Rulfo.
Añadió que promotores de la lectura, bibliotecarios, libreros y lectores, "yo los llamo cariñosamente ‘la tribu del junco’ se reúnen en la FIL de Guadalajara y es una gran ocasión de celebrar toda esta tarea colectiva. Creo que la literatura y los libros son esencialmente un quehacer colectivo, por mucho que escribamos y leamos en solitario, sin embargo, estamos tratando de defender algo que tiene una gran repercusión social y civilizatoria. La supervivencia de los libros, a lo largo del tiempo, ha sido un logro, una hazaña de un montón de personas por el libro y a ellos está dedicado mi libro”.
El domingo, dentro de la FIL Guadalajara, Irene Vallejo se presentará en la apertura del Salón Literario junto al escritor Alberto Manguel a las 12:30 en el Auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara.
“Creo que quienes amamos los libros y seguimos defendiéndolos, comparándolos, recomendándole y regalándoles somos como los herederos de toda esta gran aventura. Yo quería hacer que quienes aman y leen hoy en día se sintieran parte de esa peripecia milenaria que es más grande que cada uno nosotros. Pero leer no es un acto aislado, sino un acto profundamente comprometido con el mundo”.
¿A dónde podría llevarte una nueva aventura literaria?
Estoy teniendo la oportunidad de viajar por muchos países y lo maravilloso es que muchos lectores me ponen en las manos ‘hebras’ de acontecimientos en los que ellos pensaron cuando leían el libro y tiene que ver con la historia nacional de sus países y de sus territorios y todas ellas son un descubrimiento.
Finalmente, Irene Vallejo comentó que por lo pronto se dedica a escribir textos cortos y periodísticos.
“Un libro es un proceso lento de maduración, pero a veces, el peligro es que la industria es muy ávida y te exige publicar cada año, pero el ensayo es un género que requiere pensamiento lento. Yo estoy intentando proteger esos tiempos lentos de la creación que son los míos, es la etapa en la que estoy ahora mismo y sobre todo absorbiendo y aprendiendo siempre con mi libreta en mano”.