La voz de Iraida Noriega va y viene por todo el Foro FIL, llenando con su poderío. Es vaivén y potencia. Se estira, penetra. Se convierte en flores, en nubes, en fuego.
Ella va vestida con una blusa roja y una falda negra con puntos blancos como de gitana. El cabello amarrado, el tali del ukulele bordado por manos sabias que crean belleza con hilos cruzando su pecho. Una flor en la cadera.
“Mundos sonoros”, se llama el espectáculo que preparó para la edición 2022 de la feria de los deseos que se cumplen. Desde hace tiempo quería poder unificar todos los géneros en los que se ha desarrollado: bolero, rock, folclore, electrónico, funk, soul, orquestal, la palabra hablada y la poesía, guiada siempre por la libertad de la improvisación y de su fuerte raíz de jazz. Ahora lo logró.
- Te recomendamos Qusai Al Mamari, el hipnotista del laúd FIL
“Con el paso de los años he hecho proyectos que van por todos los géneros, y tenía el anhelo de generar un solo número en el que pudiera presentar pedacitos e hilarlos de manera orgánica. Siempre había querido tocar con más voces, y ahora tenemos ensamble de voz, de zapateado y percusión corporal, muchos colores”, contó a MILENIO un día antes del concierto.
En escena, la fiesta retumba. Su disco más reciente, Canciones de agua y desierto, aparece ahí. También muchos muchos otros universos sonoros, selvas de notas, mares de melodías. La acompaña en la guitarra su hijo Nico, quien heredó sus talentos y los de su padre, el saxofonista Diego Maroto, otra leyenda del jazz en México.
Para la cantante compositora, estar en la FIL significa presentarse “en una plataforma icónica en Iberoamérica”. También la posibilidad de encontrarse con gente querida:
“Me conmueve poder tocar con una banda que es una familia hermanada. Dentro de ellos está mi hijo Nico, que mucha gente lo conoce desde que era un niño. Es como hacer una ceremonia con una banda que somos amigos desde hace años, con Leika Mochán, con Juan Cristóbal Pérez Grobet y Montse Reva, Hans Ávila y Roberto Blanco”.
Las voces crean efectos emocionantes. El paso de los años es gran aliado de Iraida, quien lleva décadas bordando su historia en la música mexicana. Sus mundos sonoros se han desplegado. Esperemos que, como flores, se reproduzcan para mostrar su esplendor en otros foros.
ÁSS