Joumana Haddad, escritora, periodista, poeta y activista libanesa, autora de El retorno de Lilith y Supermán es árabe, ente otros títulos, entabló un diálogo con Gabriela Warkentin en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara como parte de las actividades de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“Ser mujer en el mundo de hoy” fue el tema que detonó reflexiones que desembocaron en una nutrida participación de los asistentes, jóvenes en su mayoría. Las expositoras coincidieron en que ser mujer en el mundo de hoy es muy difícil.
“Hay un sistema culpable al que tenemos que amputar los dedos, un sistema mundial culpable de lo que está sucediendo. El machismo sigue vivo y con plena salud. A menudo me escriben mujeres de lugares en donde yo creía que este tema ya no era necesario discutir y esto me desespera y me desilusiona, porque crecí en una ciudad con una feroz guerra civil, en una familia con problemas de todo tipo, pero también crecí en un mundo donde el ser niña era menos importante que ser niño. Tuve que luchar para mostrarme a mí misma que esto no era verdad y cambiar mi perspectiva”.
“Yo veía una fuente de esperanza: las luchas de las mujeres del mundo Occidental y cómo estas luchas han realizado un progreso importante. Sin embargo, me pregunto por qué después de 20 años o más seguimos en el mismo sitio. En mi novela La hija de la costurera hablo de mujeres de varias generaciones a lo largo de cien años y no me parece que hayan pasado cien años; parece que seguimos en un círculo vicioso que debemos romper”, continuó Haddad.
Mencionó que una de las vías para romperlo es colocar el tema en discusión, dejar de pensar que no es prioridad.
“Mi dignidad no es de segundo grado por ser mujer, debe haber un cambio”.
Agregó que la esperanza para un cambio inicia en las mujeres, quienes deben aprender a expresar la fuerza que llevan dentro, saber decir sí o no, cuando lo deseen, e incidir en su entorno cercano.
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Warkentin preguntó a Haddad cuál era su opinión sobre las nuevas generaciones de mujeres que ejercen un activismo a través de marchas y manifestaciones. Haddad respondió que no es suficiente con el hecho de que existan mujeres convencidas de sus derechos.
“Una parte para lograr el cambio es esta fe, esta fuerza, esta capacidad de resistencia, pero la otra parte es pensar cómo estamos educando a nuestros hijos, qué tipo de hombres estamos criando. No habrá cambios mientras sigamos criando machos violentos que creen que ser viril es oprimir a los otros, no solo a las mujeres, sino a las comunidades débiles, hombres que piensan que la fuerza está en los músculos y la violencia”.
Al respecto, Sylvia Lemus, quien estaba en la sala, dijo que no ha visto un movimiento serio encaminado a proveer de este tipo de educación, a lo cual Haddad opinó que una educación para erradicar el machismo debe darse desde muy temprana edad, y que otra acción que se puede implementar para un cambio radical a favor de un mundo mejor para todos es “motivar a las mujeres a ocupar cargos públicos, motivar su participación política. Debemos hacerlo porque si vemos la historia, ¿quiénes han hecho las guerras? Gran parte de quienes hacen las guerras han sido los hombres. Debemos construir un mundo justo donde seamos compañeros de viaje”.