La FIL 2018 dedicó un espacio a la novela negra con el evento Erotismo y crimen, en la que participaron el escritor David Lozano Garbala, la editora Marina Heredia y el autor español de novelas policiacas Juan Bolea.
Este último abrió “el maridaje de novela negra y erotismo ha producido obras maestras del cine y la literatura, aunque al principio no fue así, Auguste Dupin y Sherlok Holmes eran personajes sin vida erótica, pero esto fue cambiando cuando entraron personajes como Philip Marlow y aparece la mujer fatal, un perfil que inspira un erotismo salvaje que enloquece a sus víctimas y los conduce a la tragedia, como en el caso de la espléndida novela Fuego en el cuerpo o El cartero siempre llama dos veces”.
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En ese tenor prosiguió la editora española Marina Heredia “tanto en la novela pero también en la vida real hay arquetipos de mujeres seductoras, Eva, Cleopatra, Medea, que utilizan sus armas femeninas y erotizan sus objetivos, y por otro lado hay casos de gente que padece de algo que los psicólogos llaman hibristofilia, que es una atracción hacia un asesino serial o potencial, el chico rebelde, el chico transgresor, un caso de esta literatura que es verdaderamente para el diván”.
El narrador español David Lozano añadió que “actualmente en la novela negra se está abriendo el panorama con todo tipo de identidades sexuales, hay detectives lesbianas, transexuales, gays; hay un atractivo en el lado oscuro, sabido es que cuando Truman Capote investigaba para escribir A sangre fría llegó a enamorarse del asesino”.
El debate de los nuevos rumbos de la literatura negra prosiguió con algunos de los asistentes, pero como el tiempo los delimitaba, Juan Bolea invitó a seguir charlando acerca de crimen y novela policiaca en el stand del ministerio de cultura de Aragón “donde se serviría vino aragonés, que es el mejor”, cerró.
Con información de Juan Carlos Cruz
GPE