Fernando Pessoa ¿para niños?

Cosas de niños

Hay libros escritos expresamente para niños que no llegan al corazón de sus lectores y otros no escritos para ellos pero se vuelvan fundamentales en sus vidas.

'Tren de cuerda', del escritor portugués Fernando Pessoa. (Foto: Paula Vázquez)
Raquel Castro
Guadalajara /

Ayer, en una charla con la booktuber Alejandra Arévalo (la encuentran en YouTube como Soy Sputnik), salió a tema una de las grandes cuestiones de la literatura infantil y juvenil: ¿qué es lo que hace que un libro sea “para niños” o “para adolescentes”? ¿Son los temas, la forma de tratarlos, los protagonistas, o hay alguna otra cosa? Me temo que no hay una respuesta definitiva porque intervienen muchos factores.

Por ejemplo, podríamos mencionar los libros de Julio Verne o Emilio Salgari, que hoy son considerados grandes clásicos juveniles, pero que en vida de sus autores eran obras para todo público. Por el estilo va Dickens, que tiene varios libros con niños como protagonistas y no por eso son obras fáciles de leer para la gente que tiene la edad de esos protagonistas. Y en el otro extremo tenemos a Sor Juana, que no está nunca en la sección de LIJ pero que, con sus redondillas y sonetos, es estandarte de muchas adolescentes porque le pone palabras a los sentimientos previamente desconocidos del desamor (y porque #HombresNecios). 

Cuando yo era niña, pensaba que Nicolás Guillén, Juana de Ibarbourou, Edgar Allan Poe, Alfonsina Storni, Ellery Queen y Rosario Castellanos eran autores exclusivamente para niños, fuera porque venían en mis libros de la escuela o porque me había apoderado de algún volumen suyo en casa y sentía que sus obras me hablaban directamente a mí. El caso más raro que recuerdo fue El túnel, de Ernesto Sabato, que leí como a los diez años y catalogué en mi cabecita como historia de horror sobrenatural, solo para releerlo a los veintipocos y descubrir dos cosas: que no había entendido nada y que me gustaba mucho más cuando no había entendido nada. 

En fin, todo lo anterior es para decir que puede haber libros escritos expresamente para niños que no llegan al corazón de sus lectores —meta, y que puede haber libros no escritos especialmente para ellos pero que se vuelvan fundamentales en sus vidas—. Por eso, me sorprende gratamente pero no me extraña haber encontrado en la FIL libros de Fernando Pessoa para niños.

El poeta, uno de los escritores más representativos de Portugal, no publicó prácticamente nada en vida, y es famoso sobre todo por sus heterónimos, que no son, como los seudónimos, nombres para enmascarar la identidad del autor, sino personalidades distintas, cada una con su propia voz, estilo, temas y obsesiones. No es especialmente conocido por haber escrito para niños, pero las editoriales interesadas han encontrado tres puntos de partida para acercarlo al público infantil. 

Uno, los textos escritos específicamente para niños. En general, se trata de textos dedicados a su sobrina Manuela o a Lili, la muñeca de Manuela, aunque también hay por ahí un cuento de tema fantástico (del que se discute si está o no terminado, pero que igual ha sido publicado). 

Dos, los poemas para adultos que hablan acerca de la infancia.

Y tres, los textos que, por su estructura y temática, podrían ser disfrutados por niños y niñas o por adolescentes. 

Así, podemos encontrar libros como Infancia sin fin, una antología realizada por Rodolfo Fonseca y publicada por El Naranjo, que cuenta con un prólogo del poeta Francisco Cervantes e ilustraciones de Álvaro Santiago; o dos libros publicados por la editorial Gadir e ilustrados por Teresa Novoa: Lo mejor del mundo son los niños (colección de poemas) y el cuento del que hablábamos hace unos renglones, El elfo y la princesa

La editorial SM, por su parte, nos ofrece Tren de cuerda, un libro que incluye una biografía de Pessoa (con énfasis en sus primeros años de vida) y muestra de su obra. La selección de textos corre a cargo de Francisco Cervantes y Rodolfo Fonseca, como en Infancia sin fin, pero son libros muy distintos. En éste se dedica tiempo también a las biografías de los heterónimos de Pessoa, y las ilustraciones fueron hechas por varios ilustradores muy reconocidos en México, entre los que podemos mencionar a Alejandro Magallanes y Mauricio Gómez Morin.

Otra antología de poemas de Pessoa que podría resultar más atractiva para los adolescentes es Voces de la saudade, publicada por VyR. Se trata de un libro de gran formato, con pasta dura e ilustrado con imágenes de Portugal en lugar de dibujos. Y, ya para terminar, también para los adolescentes puede ser una gran opción la colección de cuentos de este prolífico y enigmático autor, publicada por Páginas de Espuma y titulada justamente así: Cuentos

Qué más da si Pessoa o sus heterónimos pensaban o no en la edad de sus lectores. Capaz que ni siquiera pensaban en tener lectores en absoluto. Pero lo importante ya no es eso, sino lo que los lectores, sea cual sea su edad, piensen de él (¿ellos?).

PCL

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