Fernando Rivera Calderón revela sus manías en la FIL

Interrogatorio MILENIO

¿Qué manías tiene Fernando Rivera Calderón al escribir? ¿Qué superpoder le gustaría tener? Eso y otras cosas reveló en nuestro Interrogatorio MILENIO.

Él es Fernando Rivera Calderón, conocido en Twitter como @monocordio. (Foto: Paula Vázquez)
Verónica Maza Bustamante
Guadalajara /

Escritor y periodista, Fernando Rivera Calderón sabe hacerse bien música cuando encuentra un momento extravagante donde pueda departir con la gente que admira. 

El autor de Arreolario. Instrucciones para leer a Juan José Arreola y Los mariachis callaron responde nuestro Interrogatorio MILENIO desde la FIL Guadalajara.

¿Qué es lo más extravagante que has hecho? 

Me gusta colarme en lugares donde no tengo nada que ver, donde no conozco a la gente y hay amigos. Como cuando terminé en el evento de los “líderes mexicanos” o en una cena con un embajador en un país lejano. Me da curiosidad saber qué pasa en esos mundos tan diferentes al mío.

¿Qué manías tienes al escribir?

Sobre todo fumar y beber, para mantenerme hidratado, claro. A veces lo hago con música, otras no, pero básicamente, fumar y beber. ¡Que alguien me detenga!

¿A qué personajes de la vida real admiras?

A mis padres, que han sido unos enormes personajes en mi vida y muy admirables desde el lado ético. Conozco muchas personas que admiro mucho, como Jorge F. Hernández o Lydia Cacho, personas comunes y corrientes que me han enseñado muchas cosas.

¿Con qué animal te identificas?

Con el lobo. Siempre me he sentido como el lobo de la caricatura de los tres cochinitos, que lleva un overol y un gorrito.

¿Qué superpoder te gustaría tener?

Me encantaría ser invisible, y a veces lo soy con la gente que ve. Me gusta mimetizarme. Me encantaría tener erecciones sin Viagra hasta los 90 años, es decir, toda mi vida. Ése sería un gran superpoder.

Arreolario, un libro para pachecos

"El Arreolario lo ilustró Jis y yo lo escribí. Yo admiro mucho a Jis desde que era adolescente, me formé leyendo la tira del Santos y la Tetona Mendoza. Era un sueño hecho realidad poder trabajar con él, y ahora somos cuates. Lo hicimos como un road movie; nos fuimos en su coche de Guadalajara a Ciudad Guzmán, donde vivía Arreola, platicamos con su hijo, Orso, y entramos en un trip de cuento arreolesco. Cuando llegamos a su casa en Zapotlán, Orso no llevaba las llaves, así que me tuve que saltar la barda, entrar solo en esa cabaña donde él vivía y yo abrirles la puerta a los demás. 

"Pasaron y siguen pasando cosas muy raras en torno a ese libro. Anoche estuve platicando horas con Alonso Arreola, su nieto, sobre los asuntos más controvertidos del libro. Y bueno, Jis siempre dice que Juan José era un hobbit y eso no se ve muy bien en el mundillo literario, pero qué quieren, así somos. Es un libro que hicimos para jóvenes, pero nos salió más para pachecos, aunque me angustia Jis: ya dejó las drogas y ahora desayuna avena. No sé qué sigue con él, me preocupa su salud mental".

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