“Las canciones son como los ríos que surgen de las fuentes más puras. En el mar se mezclan y celebran el encuentro”, así lo asegura Enza Pagliara, cantante italiana responsable de encauzar las aguas de cinco países en la Fiesta Adriático Balcánica del foro FIL Guadalajara 2023.
La también investigadora de tradiciones folclóricas trajo a México un espectáculo en el que se desdibujaron fronteras espaciales y temporales: con palabras, música, danza y trajes típicos, artistas como Nikis Xilouris, Maria Cassandra Hausi y Gergana Dimitrova-Belonoga recrearon una parte del pasado del sur de Italia, Croacia, Rumanía, Bulgaria y Grecia.
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Nino Ademović (arreglista del reconocido músico bosnio Goran Bregović) fue quien integró acordeón, saxofón, guitarra, mandolina, flauta y percusión para ensamblar piezas que probablemente inspiraron al folk y el country contemporáneos.
El cuadro se equilibró con las palmas, saltos y giros de cinco bailarinas mexicanas que dieron cuerpo a la coreografía de danzas tradicionales regionales como la doïna, un canto rumano caracterizado por su lirismo solemne, improvisado y espontáneo.
En medio del espectáculo, Pagliara narró cómo una mujer que conoció en el talón de su tierra natal le dio un regalo: le mostró el canto de liberación femenina, ese que sale del cuerpo a través de la danza. Fue así que invitó a las espectadoras a dejar que el canto las “llenara de vida nueva”.
Sus palabras surtieron efecto, en medio del foro se podía ver jóvenes y adultas aplaudiendo, bailando, dejando que la música saliera de ellas a través de la danza, tomandose de las manos, dando vueltas como cuando jugaban de niñas.
Tanto arriba como abajo del escenario hubo fiesta. Entre palmas y gritos, el público y las artistas crearon un espacio intangible en el que el que se conectaron historia e identidades.
Para cerrar, las cantantes, músicos y bailarines rindieron homenaje al repertorio mexicano con la interpretación de Las Golondrinas, “demostrando que la música es un sueño sonoro sin fronteras geográficas”.
LHM