El futuro según Siri Hustvedt

FIL 2019

La autora estadunidense presentará su nueva novela en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Siri Hustvedt, autora de 'Recuerdos del futuro'. (EFE)
Carlos Rubio Rosell
Ciudad de México /

El más reciente libro de la escritora estadunidense Siri Hustvedt, Recuerdos del futuro, abreva en esa idea de la propia autora de que imaginación y ficción constituyen más de las tres cuartas partes de nuestra vida real.

En esta novela —que la autora presentará en la FIL de Guadalajara el martes 3 de diciembre acompañada por Elena Poniatowska—, Hustvedt (Minnesota, 1955) narra una sucesión de historias superpuestas donde afloran un puñado de temas recurrentes en sus obras anteriores: la crítica de las estructuras de poder y del patriarcado, la fusión de realidad y ficción, la falta de fiabilidad de la memoria, y la importancia de contar historias.

Para ello, la autora echa mano de las memorias de sus años de estudiante en el Nueva York de finales de los años setenta, memorias marcadas por el sexo y la efervescencia intelectual, cuando las lecturas y cada experiencia fueron configurando la voz de una chica guapa y lista que se busca a sí misma.

En ese sentido, Hustvedt ha dicho que conforme avanza el tiempo para ella es cada vez más obvio que el sexo de una persona, su feminidad o masculinidad, está sujeto a una disciplina a veces brutal, incluso al odio, y que “la mujer ambiciosa que sale de la norma es castigada como agresiva, como lo es el hombre que adopta las cualidades estereotipadas de lo femenino: modestia, compasión, vulnerabilidad”.

Sin embargo, ella descubrió que si bien se celebra a un hombre por su autoridad intelectual, a menudo se reprime a una mujer, “debido a que la mujer poderosa y consumada es una amenaza para el orden de las cosas, una amenaza para nuestro deseo irracional y, a menudo, inconsciente, de que todas las mujeres actúen como madres buenas, amables y gentiles”.

En todo caso, Hustvedt asegura que esta nueva novela juega con la ambigüedad, pues la memoria “es básicamente imaginación”, y “cada vez que recordamos estamos creando”, ya que “los recuerdos cambian, el pasado es frágil, y solo se graba aquello que ha sido vinculado a una emoción”, olvidando aquellas cosas que no nos importaron.

Para Hustvedt, autora de una singular obra literaria que se caracteriza por la brillante mezcla de novela y ensayo, “la memoria siempre tiene lugar en el presente; es la evocación en el ahora de un evento pasado”, y no de una “memoria original almacenada en el cerebro”. “Los recuerdos”, afirma, “se consolidan, se conservan, pero cada vez que los recuperamos se alteran y se conservan nuevamente, y todo ello es afectado por la emoción”, y vuelven a aflorar cuando la operación creativa tiene lugar. Por eso, “la precisión de una memoria puede ser menos importante que su función como guía sobre cómo vivir nuestras vidas”.

En Recuerdos del futuro, esta operación se lleva a cabo mediante la recuperación de un viejo diario de la protagonista S. H., del rescate de unos fragmentos de su primera novela, una historia de misterio en la que trata de encontrar y dar forma al héroe, y de los propios comentarios y reflexiones que hace S. H. 40 años después, observando con una mirada irónica y divertida los huecos y divergencias entre esos registros y lo que de ellos encuentra en su memoria.

Al respecto, Hustvedt se justifica diciendo que han sido los científicos quienes han establecido que memoria e imaginación se miran tan profundamente que la una cae en los brazos de la otra. “En Minnesota se dice que los escritores de memorias recuerdan cosas que nadie más puede recordar”, señala, y menciona a Karl Ove Knausgard, a quien un día le preguntó si podía recordar detalles como por ejemplo de qué forma pelaban papas como él apunta en sus obras, y el autor noruego le respondió que de ninguna manera, que solo usaba las técnicas narrativas de las novelas, lo que incluye detalles mínimos y diálogos muy precisos para dar esa sensación de realidad. Así que a partir de esta idea Hustvedt no escatima detalles por muy vulgares que parezcan, como pedos, vómitos o palabrotas, tratando de ubicarlos en un entorno intelectual para producir un efecto cómico. “Esas cosas sucedían así, la filosofía de los pedos, el movimiento Dadá... El mismo Tristram Shandy está repleto de ese tipo de bromas”, recuerda.

Lo cierto es que Recuerdos del futuro es, en muchos sentidos, una impostura perfecta, ya que Hustvedt en realidad juega con su propia biografía y no expone los detalles de su propia vida. “De hecho, hay una serie de reveladoras diferencias con mi biografía. Por ejemplo, mi padre no era médico y no estoy casada con un físico llamado Walter Feld”, sino con el célebre escritor Paul Auster.

Lo que sí es cierto es que esta nueva narración entronca con Los ojos vendados, su primera novela publicada en 1992, cuya geografía revisita, y en el hecho de que ambas son versiones ficticias de ella. Sin embargo, la nueva novela de Hustvedt tiene una estructura mucho más compleja, más de comedia y con una perspectiva doble, no única, con una narradora joven y otra vieja.

Hustvedt considera que lo más importante en la construcción de una novela reside en encontrar el ritmo, un tipo de música, indica, que descubre al principio del proceso de escritura y que luego impulsa sus libros. “Estos ritmos son parte de la profunda realidad de cada persona. Somos criaturas rítmicas que respiran, cuyos corazones palpitan, duermen y despiertan”, y es por esto que para ella los ritmos de un texto crean significados en el oyente y no siempre son fáciles de explicar, pero llegan a ser cruciales para la experiencia de lectura.

En la actualidad, Hustvedt está muy interesada en las enfermedades mentales, sobre todo, destaca, porque nos hablan de la gente normal. Ella misma fue voluntaria cuatro años en un hospital psiquiátrico y ahora da clases sobre el tema en una facultad de Medicina. “La psiquiatría, el psicoanálisis, la neurociencia y la filosofía nos explican lo que es un individuo, y cómo todos somos muy vulnerables y podemos atravesar la frontera de la enfermedad mental muy fácilmente, incluso solo un tiempo determinado, como ocurre con la depresión”. Cuando llegó a Nueva York, las autoridades habían abierto las puertas de los manicomios y los locos merodeaban por doquier, hurgándose las llagas, monologando, declamando versos, anunciando la ira de Yahvé o sentados en silencio por los rincones, lo que dejó en su memoria una honda huella que aflora de tanto en tanto en sus obras.

De cara al futuro, Hustvedt adelanta que está a punto de publicar un nuevo volumen de ensayos titulado “El arte y la ciencia de ser una mujer difícil”, en el que defiende la necesaria relación entre ciencias y humanidades, y por qué deben interactuar todas estas ramas del saber y la experiencia humanas, ya que ella, desde que era muy joven, se ha interesado en las grandes preguntas filosóficas que comparten niños y metafísicos: ¿qué es un ser humano?, ¿qué significa pensar?, ¿por qué los seres humanos se representan a sí mismos?, ¿qué es esa vocecita en nuestras cabezas? Es por ello también que Hustvedt, que pronunciará este domingo una conferencia magistral en la FIL bajo el título de “Historias de una vagabunda intelectual”, dice seguir siendo, a sus 64 años, “insaciablemente curiosa”, y asegura estar orgullosa de ello esperando “vivir para leer, pensar y escribir más”.

Historias de una vagabunda intelectual

Domingo 1 de diciembre, 17:0 horas.

Auditorio Juan Rulfo.

Conferencia.

Participa: Siri Hustvedt

Presenta: Elena Ramírez 

Organiza: Grupo Planeta y FIL Guadalajara 

*Habrá traducción inglés-español 

Transmisión en vivo por Facebook

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