En la 33 edición de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, el pasado 3 de diciembre se entregó el premio Iberoamericano SM de literatura infantil y juvenil, donde María Baranda fue la ganadora este año del premio organizado por la fundación SM.
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La autora de libros como De la vida de las ramas, Un abrazo, Tiemble monstruo, Querido pájaro, Quien necesita amigos, Arrullo y La vida de los cocodrilos comentó durante la ceremonia de premiación: “Me encanta que los niños la sigan, que le envíen cartas expresándole su admiración y para ella es una bendición ser mexicana porque desde su profesión puede expandir su cultura a sus pequeños lectores hablarles de su realidad y de su entorno para hablar con nuestro idioma y así puede utilizar palabras que cuentan con raíces como “ajolote, tortilla, epazote, chícharo” y expresa que de esa forma hace sentir a los niños diversas cosas como de vivir el dolor de la familia, de vivir en el exilio”.
Luego agregó: “Los poemas y cuentos que escribo para ellos tratan de mirar el horizonte de la página como un espacio que de consuelo, creo que inventar historias con las que se pueda encontrar el camino de regreso, en perseguir a ese niño, a esa niña que están ahí delante mío a la espera de la palabra primordial que los fascine en su propio vuelo y que los rete en su inteligencia con la que puedan entregarse al viaje de lugares insospechados, los que otorgan las más íntimas generaciones para que algún día puedan preguntarse narrando, ¿quién soy?, ¿Qué hago aquí? Y si el mundo a veces no es el mejor sitio posible nos toca darles mayores gestos de amor territorios escritos profundos y complejos para poderlos acompañar a imaginar, a pensar a descubrir, que la vida es siempre hermosa a pesar de la vida, a pesar de nosotros.”
La escritora ha ganado también el Premio Internacional Ramón López Velarde, El Barco de Vapor, Castillo de la Lectura y el Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta. Sus libros se han publicado en muchos países como Bélgica, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra y China, finalizó con un exhorto: “Debemos hacer de este mundo un lugar en que los niños puedan aprender a amar la vida, sin duda una escritora apasionada digna de este reconocimiento”.
SRN