La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara descubrió a un nuevo novelista: Héctor Aguilar “Camus”. Al menos así rebautizó la noche de este martes Jorge F. Hernández al historiador y colaborador de MILENIO, Héctor Aguilar Camín.
“Ya era hora de que alguien propusiera que se pronunciará así tu segundo apellido porque estás hecho un novelista…”, lanzó Hernández durante la presentación de Fantasmas en el balcón, obra más reciente de Aguilar Camín.
“Permíteme que te diga que en realidad lo que yo espero es que sigas produciendo muchas muchas novelas, que hagas ensayo, que hagas crónica, que hagas más libros de historia ya lo doy por hecho, pero yo creo que lo que hay que hacer es aprovechar cada momento que nos queda como lectores para seguir disfrutando de la novelística que traes en las venas”, siguió Hernández.
De inmediato Aguilar Camín, con su esposa Ángeles Mastretta en primera fila, regresó la cortesía a Jorge F. Hernández explicando que lo invitó a presentar su novela para asegurar el éxito en la presentación.
Enseguida, Aguilar Camín, de 75 años, reveló que esta novela tenía un ingrediente directamente relacionado con su amigo y, por esta noche, presentador
“Este es un libro que está volcado sobre una intención humorística que no es frecuente en lo que yo escribo y quizá con algo que me gustaría estar más empapado que es de este humor sabio, cabrón y al mismo tiempo generoso y amoroso del que es capaz Jorge Hernández”.
El autor de La emperatriz de Lavapiés, y quien hasta hace poco fuera agregado cultural de la Embajada de México en Madrid, no dejo pasar la oportunidad para reclamar ese humor.
“Ya era hora de que me tocara presentar a Aguilar Camín (…) Yo me topo con varios autores que quiero muchísimo pero no los admiro (…) llegan autores a los que admiro muchísimo pero no los puedo querer y son raros casos que van en pareja”.
En adelante, Jorge F. Hernández fue el encargado de preguntar sobre esta novela situada en un México donde a los teléfonos había que darle vuelta con un disco o en el que los hombres acudían a casas de citas.
“Eso que parece de película a blanco y negro pero que se vivió a color".
ledz