Lo último que el poeta y escritor José Saramago escribió en su libreta de notas antes de morir fue un rotundo y sonoro: “¡Vete a la mierda!, si es que no has entendido nada”. Así lo recordó la ex compañera del hombre que se deja seducir por la fabricación de las armas en la novela que dejó inconclusa, reveló Pilar del Río, su traductora y esposa, aunque él siempre se opuso a la guerra y las armas.
“Saramago siempre dijo: ‘Cuidado, si hay fábricas de armas tendrá que haber una fábrica de conflictos. ¡No sean necios!, ¡No seamos tontos!’. Lo deja claro en los capítulos del libro que la muerte le impidió contar”, agregó la escritora en referencia a Alabardas, donde Saramago habla de la violencia y el negocio de las armas.
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Con un emotivo video que proyectó imágenes de Carlos Monsiváis y el poeta Hugo Gutiérrez Vega, arrancó el homenaje al escritor portugués en el centenario de su nacimiento
“José Saramago tenía un gran compromiso con México, con la democracia y el entendimiento. Se preocupó por Chiapas y tuvo muchos momentos de acercamiento con los zapatistas. Siempre he dicho que Saramago es el portugués más mexicano”, recordó Marisol Schulz, quien fue su editora y amiga.
“Gracias a Pilar del Río y la fundación que dirige tenemos a José Saramago tan vivo como siempre”, añadió Schulz, en la charla que se realizó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Sin pelos en la lengua
La escritora Laura Restrepo opinó que “estamos aquí celebrando los 100 años del nacimiento de José, pero también queremos celebrar a Pilar, su editora y el gran amor de su vida, quien escribió La intuición de la isla. En el libro nos abre la puerta a lo que fue el día a día de José, como cuando le dieron el Premio Nobel y lo que sucedió en su casa, o donde narra la muerte de José, el silencio que dejó y hasta el entierro de sus cenizas con el epitafio: ‘No subió a las estrellas porque pertenecía a la tierra’. Me conmovió muchísimo. Para los latinoamericanos, José Saramago siempre fue un autor propio, nos apropiamos de una figura como José, un pensador al que siempre le importó la dignidad del ser humano y nos habló directamente. Nunca tuvo pelos en la lengua cuando tenía que hablar de política y su voz se escuchaba en el mundo. Lo extrañamos mucho y que sepa que nos hace falta”.
Pilar del Río concluyó:
“Saramago escribía porque quería contar historias, necesitaba comunicarse, necesitaba sentirse parte de una humanidad más grande, quería estar en contacto con las mujeres y hombres de todo el mundo”.
Por su parte, Paulo José Miranda, primer ganador del Premio José Saramago, afirmó que el escritor portugués “era un pensador que revolucionó el modo de narrar, un escritor espiritual, místico y humano. En sus libros siempre hay una lucha tremenda contra el poder y le dio voz a quienes no teníamos voz. Muchas Gracias Saramago”.
ÁSS