Una talentosa chef mexicana trabaja en el más afamado restaurante francés de Nueva York. Sin embargo, la relación con su jefe no puede ser peor: él siempre quiere imponer su autoridad ante el espíritu libre de ella. Pero el amor no toca a la puerta antes de entrar. Entre platos e ingredientes que despiertan exquisitas sensaciones, ¿disfrutará Lucía del sabor del amor?, esta es la premisa de la novela El sabor del amor de Gustavo Villén quien habló su experiencia al escribir sobre el amor.
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"Lo primero que pensé es en toda la gama de sabores que el amor tiene, qué puede ser muy dulce, salado, agrio. Y entonces creo que también fue una buena combinación con nuestra cocina porque creo que aquello que podemos ofrecer en México es eso, tenemos sabores únicos y especiales y entonces fue conjuntar esos conceptos", contó.
El proceso de creación de personajes "fue muy gracioso porque cuando pensé en Lucía, la protagonista, pensé en lo que tenía que dar al mundo, en lo que tenía que aportar a esta sociedad que está un poco viciada y en la cual hay tantas cosas por cambiar. Pensé en un personaje que fuera un poco distinto, pero al mismo tiempo muy común. Y en el caso de los demás personajes fue a partir de sus emociones en que comencé a crearlos".
Aunque le apasiona la cocina, Gustavo no sabe cocinar mucho y "entonces fue un poco complicado, muchas cosas las tuve que leer y ahora también me interesa tomar cursos porque me encantó conocer un mundo totalmente nuevo para mí y muy rico, creo que hay que saber disfrutar esos procesos Y entonces sí me encanta comer ¿porque no también amar cocinar?".
Sobre la etapa de creación que más disfrutó hace hincapié en las modificaciones que sufrió el relato.
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"Cuando yo entregué una sinopsis después ya con los personajes construidos cambió totalmente todo. Fue lo más grande para mí porque comencé a comprender la personalidad de cada uno y las acciones que tendrían lógica en ellos pero todos esos cambios los disfruten mucho porque me di cuenta que eran el resultado de que la obra estuviera tan viva que era necesario de realizarlos".
Finalmente confesó que desprenderse de ellos no fue fácil, "porque yo ya pensaba todo el tiempo en ellos, tanto que ya comencé a pensar en qué lo que pasaría después y qué es lo que yo quería para ellos, porque no te puedes deslindar completamente".
MC