“Al miedo hay que saber reconocerlo y no verlo como enemigo”: Gerardo del Villar

FIL Guadalajara

El buzo y aventurero comparte su pasión por los tiburones, asombrosamente representada en un libro inspirador

En su libro el buzo propone un método para convertir nuestros miedos en nuestros aliados.
Héctor González
Guadalajara /

Gerardo del Villar aprendió a convivir con sus miedos bajo el agua y entre tiburones. Empresario, buzo y fotógrafo, ha sabido tomar el pulso de lo que sucede en las profundidades de los mares y tomar lecciones de vida, incluso de algunos de los depredadores marinos más temidos.

Resultado de sus aprendizajes es Los tiburones también tienen miedo (McGraw Hill), volumen que presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y donde propone un método para convertir nuestros miedos en nuestros aliados.

 

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¿De dónde viene tu gusto por los tiburones?

De muy pequeño viví en un pueblo llamado Huapalcalco, en Hidalgo. Como mi papá era ingeniero agrónomo, nos fuimos a un rancho. Cuando tenía apenas un año mi madre falleció de un derrame cerebral. Conforme crecí, le pregunté a mí padre por mi mamá y un día me enseñó una serie de fotos entre las que estaba una, los dos vestidos de buzo. En ese momento se sembró en mí la semilla por este deporte; sin embargo, comencé a practicarlo hasta los veinte años, en Cancún. Escuchar mi respiración, ver los colores abajo del mar me apasionó y empecé a dar clases de buceo al punto que fundé una empresa. En Belice me tocó ver un tiburón de cerca y pensé que iba a atacarme, pero, al ver mis burbujas, salió en sentido contrario. Ahí comprendí que los tiburones pueden tener miedo y no son los monstruos que nos han contado.

¿Eso fue lo que te llevó a escribir el libro?

Llevo media vida desmitificando a los tiburones y a otros grandes depredadores con mala fama. En 2023 pasé por una situación complicada y tenía miedo de lo que iba a enfrentar. Durante ese periodo tuve la fortuna de llevar a un grupo a bucear a la Isla de Malpelo en Colombia. Por un momento me encontré entre muchos tiburones y decidí ponerme a disfrutar su presencia. Bajó el agua pensé: si los tiburones son los líderes de su ecosistema y tienen miedo, por qué nosotros no nos lo permitimos. Así fue como me puse a escribir el libro. La cosa no es tener o no tener miedos, sino saber reconocerlos y no verlos como enemigos, sino como aliados. Necesitamos aprender a detectar en qué áreas nos pueden impulsar, en qué otras nos pueden ayudar a prevenir, y en qué áreas de plano no queremos entrar.

¿Cuál es el propósito de tu libro?

Sanar tras mi divorcio. En la escritura plasmé mis miedos y vivencias. El libro me sirvió para pasar la página y vivir de otra manera lo que me resta de vida. No fue un proceso fácil, lloré mucho mientras lo escribí porque no me permitía tener miedo.

En principio, el libro se estructura como una suerte de autobiografía y después hablas de lo que te han enseñado tiburones, delfines, ballenas.

Es que para mí el mar es mi zona segura. Me siento muy agradecido por poder estar ahí y convivir con los animales. Una de las razones por las que me siento tranquilo es porque mis cinco sentidos están conectados con ese momento. No estoy preocupado por lo que pueda pasar mañana.

El buzo escribió su libro tras su divorcio como una forma de afrontar la ruptura | Héctor González

¿En qué ocasiones has tenido temor por tu vida?

En una ocasión estábamos fotografiando a unos tiburones punta oceánicos que son considerados los más peligrosos del mundo, y de pronto se fueron porque llegó un marlín de cinco metros con una actitud muy agresiva. Sin saberlo, nos metimos en donde estaba cazando y sentí que se me salía el corazón. Por fortuna, creo que se dio cuenta de que no éramos su competencia y bajó el ritmo.

¿Cómo se domina el miedo?

Hay dos cosas fundamentales. La primera, claridad para saber qué quieres, porque mucho de lo que queremos nos genera miedo. La segunda es saber por qué lo quieres. Cuando el propósito pesa más que el miedo, damos un paso adelante y nos convertimos en una persona valiente. Hoy te puedo decir que he aprendido a convertir el miedo en un aliado para dejar de verlo como un enemigo y eso me ha dado mucha plenitud.


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