Son ocho los países lusófonos, es decir, que tienen como lengua oficial el portugués: Brasil, Portugal, Cabo verde, Ginea-Bissau, Angola, Mozambique, Timor Oriental y Santo Tomé y Príncipe. De la música de todos ellos se alimenta Gil do Carmo, hijo de Carlos do Carmo y nieto de Lucília do Carmo, ambos fadistas de gran renombre, por lo que el sonido lo trae en las venas.
Es compositor y, como tal, busca explorar el registro acústico de la guitarra portuguesa, el acordeón y la voz de manera poco convencional, sin renegar ni del jazz ni del romanticismo en sus creaciones. Tiene varios discos, siendo dos de los más recientes una sola obra que se complementa: Sisal y A Uma Voz.
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En el escenario lo acompañará Lila Downs, una mexicana que ha demostrado que puede ser profeta en su tierra, pues tiene un público nacional que la adora, identificándose en cada concierto con sus adaptaciones de canciones tradicionales más sus propias composiciones, que tienen huella lo mismo de su Oaxaca querida que de la frontera norte o el centro del país.
Además de haber grabado 14 discos, Lila ha demostrado que se le da muy bien cantar fado y música portuguesa. Prueba de ello son las grabaciones que hay en YouTube en homenaje precisamente a la abuela Do Carmo.
Esta fusión de raíces será muy interesante: se dice que visitarán temas ajenos, además de algunos propios, para llevar al público por un viaje que será reflejo de la experiencia FIL de este año.
Como dato curioso, Downs ha tenido participaciones como actriz, al igual que Gil.
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