Gioconda Belli habla con jóvenes sobre femineidad y revolución

En la charla Mil jóvenes con Gioconda Belli, la escritora nicaragüense unió reflexiones, anécdotas personales y poemas.

Belli compartió cómo fue que nació su vocación literaria. (Fernando Carranza)
Gustavo Rodríguez
Guadalajara /

El evento Mil jóvenes con Gioconda Belli se realizó ante un Auditorio Juan Rulfo que estaba lleno desde media hora antes de que iniciara la charla. Tras su arribo a la sala, la escritora fue ovacionada. 

En el encuentro la escritora nicaragüense charló sobre temas como el ser mujer, la juventud y la energía, la revolución y la lucha política, la lucha por la liberación femenina y el movimiento #Metoo. 

El presentador Edmundo Díaz Soldán abrió el diálogo con una biografía de la escritora, que “sería muy difícil de hacer, pues cada año se engrosa con un libro y un premio más”. 

El coloquio inició con una pregunta: ¿Cómo nace una vocación literaria? A lo que Belli respondió que es difícil en el contexto de Nicaragua y de América Latina. 

“En mi caso mi carrera como escritora nació junto con el deseo de entrar en el mundo de la lucha política, porque a los 19 años ya estaba haciendo lo que tenía que hacer como mujer: ya había estudiado, trabajaba, me había casado y tenía una hija. Sentí que, si me quedaba en casa, me iba a convertir en un electrodoméstico. Pero fue algo que surgió de forma espontánea. Compré una máquina de escribir y me senté, escribí seis poemas aquel día, mandé uno al periódico:

Y Dios me hizo mujer,

de pelo largo,



ojos,


nariz y boca de mujer.


Con curvas


y pliegues


y suaves hondonadas


y me cavó por dentro,


me hizo un taller de seres humanos.


Tejió delicadamente mis nervios


y balanceó con cuidado


el número de mis hormonas.


Compuso mi sangre


y me inyectó con ella


para que irrigara


todo mi cuerpo;


nacieron así las ideas,


los sueños,


el instinto.


Todo lo que creó suavemente


a martillazos de soplidos


y taladrazos de amor,


las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días


por las que me levanto orgullosa


todas las mañanas


y bendigo mi sexo.


“Salió en el periódico. El que me publicó sabía que iba a ser escandaloso, yo no lo sabía. En una reunión familiar me regañaron porque me dijeron que eso no se podía decir. Me di cuenta de que recibí una educación privilegiada, me habían hablado de lo que significaba ser mujer (incluyendo lo que era la menstruación, sobre mi cuerpo, lo que me iba a pasar: un nido al que si no llegaba un pajarito iba desangrar) y para mí, ser mujer era lo más maravilloso que me podría haber pasado”.

“Por otro parte, me tocó vivir en un país en el que una familia se había adueñado del 60 por ciento del estado y eso había perpetuado en el poder, aquello iba a desembocar en una revolución y todos los jóvenes éramos sospechosos. En Nicaragua nos habían contado que todo había sido un paraíso, que todo era bonito y descubrí que no fue así, que hubo esclavitud, que hubo rebeliones. Así es como surge La mujer habitada. Es una novela que se hereda, que las mamás se las pasan a las hijas”.

A este punto, es importante señalar que la escritora se molestó y llamó la atención a un sector del público, ya que, sea porque estaban allí “de acarreados” o “por compromiso académico”, se escuchaban muchos cuchicheos.

Por otra parte, el presentador señaló que el Twitter de la escritora es un lugar que comparte reflexiones políticas sobre la actualidad de Nicaragua, y preguntó si sentía que Ortega hubiera traicionado la revolución. Belli mencionó que la palabra es una forma de resistencia y que la palabra tiene fuerza. 

“La historia es muy larga y nosotros solo vivimos un pedacito. Si pensamos en la Revolución Francesa, después de la insurrección, vino el terror, el Imperio, la Restauración, en fin, llevó poco más de cien años para llegar a la democracia”, completó la escritora de El infinito en la palma de la mano.

Nos frustramos, porque queremos que se cumplan nuestros sueños en el pedacito de historia que vivimos. Tenemos que luchar por un mundo mejor que nosotros no vamos a vivir. La historia depende de nosotros y no podemos fallarle a la gente que viene después de nosotros. Ustedes como jóvenes piensen que tienen la fuerza, la energía y el poder.

A continuación, leyó el poema “¿Qué sos, Nicaragua?”, “Dos tiempos”, un poema hecho en escritura automática (y de bastante mal gusto y de peor) y “Recetas de varón”. 

Quizá una de las peores partes, fue que la escritora tuvo que llamar la atención durante más de una vez y pedir a un grupo de adolescentes que saliera de la sala. 

Habló sobre la lucha feminista: “los piropos en un contexto de amistad, de gente conocida y de confianza están bien, pero no está bien en otros contextos como lo es el trabajo o en la calle, con gente a la que nunca has visto o a la que no sabes que si le gusta o no. Tenemos que pensar que, si tenemos los derechos que tenemos, a votar, a trabajar, a estudiar, fue porque nos lo ganamos con más de una batalla. Por otra parte, también hay hombres que visten con short y no por eso yo me le voy a echar encima, veo a Cristiano Ronaldo y no por eso lo voy a acosar y tenemos que pensar en otras cosas como el futbol, los hombres se disfrazan de forma ridícula: se pintan la cara, van sin camisa, se dejan media barba y nadie les dice nada, en cambio una mujer ‘se disfraza’ y tiene que sufrir insultos, que se le acose. Eso no es justo”, finalizó la activista de Nicaragua.

GPE





LAS MÁS VISTAS