Inauguran Pabellón del invitado de honor en FIL 2018: Portugal

El espacio fue diseñado por Santa-Rita & Associados y remite a los sitios donde convergen los libros.

El pabellón busca recordar a los lugares en los que descansan los libros. (Gustavo Rodríguez)
Gustavo Rodríguez
Guadalajara /

Después de los discursos inaugurales y de la entrega del permio FIL en lenguas romances a la escritora uruguaya Ida Vitale, las autoridades y directivos de la FIL Guadalajara 2018 cortaron el listón del Pabellón de Portugal e iniciaron el recorrido inaugural, en el que Marisol Schulz Manaut, directora de la feria, dirigió la comitiva. 

Durante el recorrido, visitaron algunos puntos como FIL Niños, el pabellón de Artes de México, donde saludaron al director de la misma, Alberto Ruy Sánchez, el espacio dedicado a la Secretaría de Cultura y finalizaron con el Pabellón de Portugal. 

El cantante de fado, Gil do Carmo, por su parte, interpretó dos canciones: “Na amaré de ti’, una canción que refleja el sentimiento portugués; y ‘Un hombre en la ciudad’. 

Pabellón de Portugal

La Feria del Libro inicia, por lo menos de forma física, con un pabellón dedicado al invitado de honor del año, y cada invitado lo realiza, buscando destacar las notas más importantes o más pintorescas de su cultura.

En esta ocasión, Portugal, encomendó esta tarea a João Santa-Rita y Pedro Leipe, del despacho de arquitectos Santa-Rita & Associados, quienes explicaron que buscaron crear un espacio en el que los asistentes se sientan en casa.

En cuanto al pabellón se trata de uno de los espacios más importante de la feria y busca recordar a los lugares en los que descansan los libros en escuelas, bibliotecas, e incluso en el hogar: las estanterías, como un homenaje a las bibliotecas y al espacio que ocupan los libros en el hogar.

En la parte superior, el visitante se encuentra con un techo repleto de enormes tiras flotantes que representan a los separadores de libros.

“Con esto recordamos a la biblioteca institucional, a la histórica y a la doméstica. Las estanterías sirven para resguardar los libros, y los marcadores de los libros son una memoria del tiempo en que la persona leyó dicho texto”, explicó João Santa-Rita.

Dichos separadores de libro muestran la firma de algunos autores portugueses, en tanto las paredes de madera fungen como estantes donde no sólo se exhiben libros, también artesanías portuguesas.

“Hay artesanías porque es lo que hay en tu casa: tenemos libros, piezas, es un espacio libre”, indicó Pedro Lepe.

El pabellón está conformado por una librería con títulos de autores portugueses, un espacio de creación de artesanías, sala de reunión y un foro donde habrá presentaciones de libros y conferencias.

GPE

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