Frank Rubio, astronauta estadunidense de origen salvadoreño, estuvo 317 días en la Estación Espacial Internacional, con lo que batió el récord de la misión espacial más larga realizada por Estados Unidos.
Sin embargo, la misión no estaba pensada para durar tanto, de hecho, su récord es resultado de una serie de imprevistos, como explican María Emilia Beyer Ruiz, directora de Universum, y William Harris, director del Museo de Ciencias de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
“Fue por consecuencia de un problema con una de las cápsulas, tuvo que quedarse seis meses más. Pero quiero decir que a Frank le pasan cosas muy raras, porque también se le perdió un jitomate”, narró Emilia desde la conferencia “Ciencias del Espacio”.
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Y es que, en un lugar en donde reina la microgravedad es fácil que cualquier cosa termine extraviándose: sin algo que la sujete a una superficie, terminará flotando en cualquier rincón de la estación.
El misterio del tomate perdido tardó 18 meses en resolverse, aunque en su momento el extravío del alimento causó gran revuelo, pues forma parte de la primera cosecha jamás cultivada en el espacio.
Según William, estas y otras historias inusuales abundan en el espacio, por lo que, desde la FIL Guadalajara compartió con el público algunas de ellas.
Karol G
Los viajes espaciales son resultado del trabajo de cientos de investigadores de distintas ramas de la ciencia y la ingeniería. De ahí que la NASA requiera siempre sumar nuevas miradas.
Una parte de esa labor recae precisamente en reclutadores que incentivan a jóvenes de distintas partes de Latinoamérica. Una de ellas es precisamente la cantante colombiana Karol G, quién a través de su Fundación Con Cora apoya a las jóvenes de bajos recursos para llegar a la Agencia Espacial de Houston, en donde pasan una semana intensiva.
“Pasan cuatro meses de educación virtual. Luego, si logran el nivel de calidad en su trabajo, califican para venir a Houston una semana y ella viene personalmente a hablar con cada muchacha y les habla de dedicarse a la educación y a creer en sí mismas”, comenta William.
Ver el espacio, una experiencia espiritual
Hay algo que sucede con los astronautas después de ver el mundo desde el espacio y se conoce como “the overview effect” (efecto de visión general).
“Algo en su cerebro cambia, químicamente cambia”, asegura el director del Museo de Ciencias de la NASA.
En el campo científico se ha discutido este efecto. De acuerdo con expertos, como el filósofo espacial Frank White, el impacto de mirar la Tierra desde arriba puede generar un cambio en la forma en que los astronautas ven y piensan sobre el planeta y la vida misma.
“Es como si ellos hubieran tenido una experiencia espiritual yendo al espacio; es muy poderoso. Entonces estamos buscando maneras en que todos podemos hacer eso”.
Harris, quien además supervisa la Dirección Estratégica del Centro Espacial de Houston, agregó que, si todo sale conforme al plan, el primer alunizaje tripulado desde 1972 podría realizarse en septiembre de 2026 como parte de la misión Artemis III. Además, se están sumando nuevos proyectos privados para impulsar nuevas exploraciones del espacio.
ÁSS