“Para los jóvenes, José Agustín es un compañero de prepa”: Agustín Ramírez

FIL Guadalajara 2022

El hijo del autor de 'La tumba' acudió a la FIL Guadalajara para presentar la nueva edición de 'La panza del Tepozteco'.

Agustín Ramírez "Tino" se encargó de la parte gráfica de "La panza del Tepozteco", de José Agustín. (Foto: Fernando Carranza)
Guadalajara /

Si los jóvenes siguen leyendo a José Agustín es porque sus obras lo hacen ver “como un compañero de prepa”, afirma el hijo del escritor, Agustín Ramírez Tino.

Desde la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el artista plástico habla con MILENIO sobre la edición que celebra los 30 años de La panza del Tepozteco, que se presentó en esta celebración literaria.

“Todavía se siente fresco, podrían ser niños de ahorita, salvo la tecnología”, comenta Tino sobre los protagonistas de este libro: un grupo de adolescentes que se encuentra con varias deidades prehispánicas en el corazón de Tepoztlán, el cerro del Tepozteco.

La panza del tepozteco, edición de aniversario. (Alfaguara)

Para capturar el lenguaje juvenil de la época, José Agustín tuvo como consultores a sus hijos: “Mi padre nos preguntaba cómo lo veíamos”. Y a Tino le encargó una misión especial: ilustrar la historia.

“Fue muy amable de su parte y dije ‘¡Qué alivianado!’. Me dio algo de miedo, pero estaba todos los días dibuje y dibuje mis garabatos, eso fue lo que vio, y me dio un consejo ‘No quiero que sea literal’, por eso no aparecen los niños en mis dibujos”, recuerda.

Para la edición conmemorativa, Agustín volvió a encargarse de la parte gráfica: “En la primera edición había unas dos, tres, viñetas buenas y conservé algunas de ellas. No estuvo mal, pero pudo ser mucho mejor, ahorita todavía podría ser mejor. A mi padre le ha parecido bien”.

Subiendo cerros

Sobre cómo empezó su incursión en el dibujo, Ramírez recuerda que su tío Augusto, que “fue pintor y era muy bueno, aunque nunca fue muy exitoso en términos económicos”, le dio algunas clases siendo niño, “y de ahí me dio por dibujar”.

“Hace unos pocos años empecé a sentir que ya me gustaba lo que hacía, mi técnica ha mejorado y me invitaron a hacer esto de La panza...”, agrega.

Al igual que los adolescentes aventureros del libro publicado en 1992, en su niñez a Tino y sus hermanos –Andrés y Jesús– les gustaba subir cerros. “Mi jefe nos lo inculcó”.

“En Cuautla hay una barranca y a cada rato era de ‘Vamos’, así cuando todavía podía caminar. Ahorita ya no puede, pero yo subo el cerro por él”, revela.

Agustín Ramírez cuenta qué implicación tiene en su vida que el autor de La tumba (1964) sea su padre: “De chavito no me pesaba tanto, empecé a darme cuenta de que era una persona querida y respetada, y hasta ahí, era puro orgullo. Pero después, al tratar uno de hacer su camino, puede resultar difícil; en algunas ocasiones es muy bueno y en otras es así de ‘Largo de aquí’. Eso condiciona mucho las chambitas que he tenido”.

“Pero la verdad es un privilegio, una fortuna muy grande; aunque sí he tenido problemas con mi padre, como todo mundo, al final extrañamente las cosas se acomodaron a partir de su accidente –el escritor sufrió una caída en 2009 durante un evento en Puebla– para que tuviéramos una relación más sana”.

Con su participación en la nueva edición de La panza del Tepozteco “por una vez en la vida le estoy dando una satisfacción a mi jefe”.

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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