La FIL Guadalajara recordó a Fernando del Paso en un evento conmemorativo donde se presentó el libro La muerte se va a Granada y en el que participaron Daniel Constantini, Karina Guigi, José Carreño Carlón, Élmer Mendoza y Carmen Villoro.
De forma póstuma se presentó la reedición del libro La muerte se va a Granada, cuya portada fue realizada por María José Cuevas, una obra de teatro que relata la muerte de Federico García Lorca, un poeta por el que el escritor sentía mucha admiración y que por ese motivo lo escribió en verso.
José Carreño Carlón moderó el homenaje y la presentación del libro mencionando que es un autor con el que las palabras no son suficientes, “haremos un homenaje especial, en el que vamos a intercalar las anécdotas y la lectura de algunos pasajes”.
Karina Gidi, actriz conocida por interceptaciones como la de Rosario Castellanos en el filme Los adioses de Natalia Beristáin, leyó algunos versos de la obra entre cada una de las intervenciones. Daniel Constantini, trabajó con Fernando del Paso en sus últimos días con el motivo de La muerte se va a Granada, “hace doce años leí la obra, me la enviaron para que le leyera y como invitación para dirigirla. Me gustó mucho el proyecto y con ese motivo, conocía a Fernando del Paso. Lo vi por primera vez en la oficina del director de cultura de la Universidad, Don Fernando iba de tenis y llevaba pantalones de mezclilla azul y una camisa roja a cuadros desabotonada. Me recibió y me dijo: ‘yo te pedí”.
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“Para nosotros los que hacemos teatro es muy importante darlo todo en el escenario, dar la mejor cara, porque nunca sabemos quién está en el público. Don Fernando estaba en esa ocasión y yo presentaba la obra de Dante Medina Yo soy Don Juan para servir a usted, y por ese motivo, él quiso trabajáramos en el proyecto. Comenzamos a platicar sobre La muerte se va a Granada, el director de cultura cabecea y se estaba durmiendo, pensé ‘¿Qué pasa si lo ve Don Fernando?’ y él se dio cuenta, le dijo: ‘Jeofrey, deberías leer mi obra, así sabrías de qué estamos hablando’. Esta anécdota viene, a que deberíamos leer, para saber de qué se habla, si lo que está escrito, está escrito con amor”, añadió Constantini.
Élmer Mendoza reflexionó, a modo de diálogo con Del Paso, sobre la figura del escritor como novelista, maestro y escritor de ficción. Fue un punto de quiebre en la literatura mexicana, no un escritor barroco, sino uno que inventaba narrativas nuevas; no un seguidor de Joyce, sino un continuador.
Carmen Villoro, por su parte resaltó su faceta poética y humana: “es un privilegio estar en esta mesa homenaje a Fernando del Paso, para mí fue un amigo; pero también fue el ejemplo del homo ludens, del hombre que imagina, del hombre capaz de colorear el mundo. Con su exposición El dibujar es una venganza de mi mano izquierda al acto de escribir, reivindicó su gusto por el dibujo y la pintura, un talento que quedó relegado por las circunstancias de su vida. Un hombre con mucha imaginación. En su día, todo iniciaba con la elección de su ropa, sus coloridas combinaciones de corbatas, sacos, blazers, pantalones y zapatos. Debería existir un color que llevara su nombre, un ‘rojo Fernando del Paso’.
La escritora Margo Glantz relató su experiencia con el escritor y cómo lo conoció, “Fue en los años sesenta, recuerdo que en el 65 recibí el libro de José Trigo y daba clases de literatura, así que decidí que al año siguiente lo íbamos a analizar, es un libro complejo y poco valorado y que al inició fue mal recibido. Es un libro que tiene un gran y rico contenido lingüístico y político, ya que abordó problemas como la huelga de los ferrocarrileros”.
GPE