“Casi 40 años han pasado desde que Diamela Eltit publicó su primera novela (Lumpérica) y, pese a haber sellado con ella una nueva sintaxis, una nueva escritura que, a pesar de que ocupa el castellano, siempre será otra, su trabajo ha proseguido la sospecha sistemática sin dejar de tensar las relaciones entre la escritura y su afuera: ha indagado en la compleja trama del mundo que hemos generado o, más bien, de lo que resta de él”.
Con esas palabras se presentó a la escritora chilena, la gran protagonista de esta Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), al recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances de manos del escritor nicaragüense Sergio Ramírez y del secretario General de Gobierno de Jalisco, Enrique Ibarra.
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En su discurso, la autora de Fuerzas especiales se refirió lo mismo a las recientes elecciones en Chile, a los peligros y desafíos provocados por la pandemia, a Juan Rulfo, quien convirtió la muerte en un viaje inacabable por los tiempos: “fundió y confundió la ecuación mente-vida para referirse al amor y al poder”.
“Convirtió la escritura en un conjunto de imágenes que se fijaron en cada uno de los imaginarios de los lectores. Comala fue el sitio más importante de la tierra literaria”.
Pero también para hablar de su lugar en el mundo: “Gracias a los principios sociales de mi madre, siempre estuve parada en la vereda izquierda de la cuadra del mundo. Una vereda móvil, pensante y comunitaria; jamás he traspasado ese territorio ético. Hoy, la fuerza de la extrema derecha pugna por gobernar Chile. Nuestra comunidad, la literaria, con el conjunto de la ciudadanía estamos trabajando para impedir un gobierno rapaz, fundado en el desprecio”.
O para recordar el papel que juega la escritura, la literatura: “la literatura ha sido mi centro. De manera intensa, la pulsión literaria fue mi horizonte”.
Y también de su permanente llamado a “desbiologizar” a la literatura, de quitarle los géneros, femenino o masculino, y pensar más en la estética, en la calidad literaria: la literatura, la única, la importante, no necesita acotación alguna.
“No basta ser mujer, pero tampoco basta ser hombre, en la tarea de construcciones solventes literarias: lo importante son las estéticas, el asombro”.
El reencuentro
La mañana transcurría con cierta normalidad de inauguración, sin dejar de sentirse una feria diferente, con los arcos sanitizantes para el ingreso a la Expo Guadalajara, la toma de temperatura, el gel distribuido a lo largo y ancho del recinto, pero también sin las enormes filas de antaño.
“Hoy volvemos, nos reunimos todavía con tristeza por la gran pérdida de vidas humanas que ha ocasionado la pandemia y con la consciencia de que el peligro sigue presente”, decía Raúl Padilla López, presidente del Comité Organizador de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, lo cual no dejaba de sentirse en el ambiente, sino además en el hecho de dedicarle la feria a las miles de personas que han perdido la vida durante esta pandemia.
“En la edición pasada experimentamos una feria completamente virtual, todas nuestras actividades se llevaron a cabo a través de plataformas digitales, con lo que pudimos ampliar nuestro alcance de forma excepcional, llegando a más de 21 millones de personas en 84 países. Este año que volvemos a reunirnos, asumimos lo aprendido: la naturaleza de la FIL es presencial, pero la vía digital es y seguirá siendo su ventana al mundo”, señaló Padilla López durante la ceremonia de apertura.
En su discurso, dijo también, de manera contundente, al auditorio: “Permítanme decirles: La FIL es producto de la autonomía universitaria, y esa autonomía es sinónimo de independencia ante el poder público y de la libertad de pensamiento; quienes pretenden socavarla se alían con el oscurantismo y el despotismo, van en contra de la ley, y de la sociedad misma”.
Un minuto de silencio
El reencuentro en la FIL no alcanzó a ser de completa alegría por la noticia que empezó a circular apenas unas horas antes del acto: Almudena Grandes, la autora de Las edades de Lulú y de la saga “Episodios de una guerra interminable”, había fallecido en España, a los 61 años de edad, y desde el Auditorio Juan Rulfo se guardó un minuto de silencio en su memoria.
Con Perú como país invitado de honor, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se desarrollará en dos turnos, de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 21:00, cuando se recibirá a 12 mil 500 personas.
ÁSS