Honoris Causa a Leonardo Padura por su valor, humanismo y pensamiento crítico

FIL Guadalajara

La UdeG reconoció al escritor cubano “por promover siempre los valores de la libertad, el pensamiento crítico y el humanismo”, según expresó la rectora general de la institución, Karla Planter.

Leonardo Padura y Karla Planter Pérez. (Cortesía: UdeG)
Guadalajara /

Este miércoles el escritor cubano Leonardo Padura, fue galardonado por la Universidad de Guadalajara (UdeG) con el Doctorado Honoris Causa, “en reconocimiento por su capacidad de reflejar la verdad histórica a través de la narrativa y por promover siempre los valores de la libertad, el pensamiento crítico y el humanismo”, según argumentó la maestra Karla Planter Pérez, rectora general de la prestigiada Casa de Estudios.

De acuerdo con un comunicado difundido por la UdeG, la rectora describió a Padura como una de las plumas más lúcidas de nuestro tiempo: “La UdeG se reserva este reconocimiento para personalidades extraordinarias, que a través de sus contribuciones en cualquier área del conocimiento, como la ciencia y las artes, han ennoblecido el trabajo de la humanidad. Hoy, en la 39 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, celebramos su importante contribución literaria y cultural”, declaró.

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Recordó también la estrecha relación de Padura con la UdeG, misma que se ha reforzado mediante reconocimientos, cátedras y publicaciones a lo largo del tiempo: “Fue en 1991 cuando nuestra editorial universitaria, la Dirección de Publicaciones en aquel tiempo, publicó Pasado perfecto, la primera novela de la icónica serie del detective Mario Conde; desde entonces hemos caminado juntos. Si Mario Conde es un detective que se sueña escritor, Leonardo Padura es un escritor que se sueña detective”, mencionó.

Autor de novelas como El hombre que amaba los perros, Adiós, Hemingway y Fiebre de caballos, en las que ha explorado temas como la memoria histórica, la identidad, la corrupción y el exilio, Padura se ha hecho de diversas distinciones a lo largo de su carrera, como el Premio Roger Callois (2011), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2015), el doctorado Honoris causa por parte de la UNAM (2017) y el Premio Nacional de Literatura de Cuba (2012).

La rectora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Dulce María Zúñiga Chávez, describió al escritor cubano como una de las voces más lúcidas, coherentes y universales de la literatura contemporánea:

“Su mirada profunda, crítica y entrañable le permitió dar vida a una de las novelas más emblemáticas de nuestra historia, El hombre que amaba los perros, donde reveló los entresijos de la política, los dilemas éticos del individuo y la fragilidad de las utopías. Su obra ha sido traducida a más de diez idiomas. Padura ha logrado una síntesis excepcional entre la crónica, la novela y la reflexión histórica”, declaró.

Destacó también la creación de su célebre personaje Mario Conde, quien ha protagonizado diversas novelas policíacas escritas por el autor: “El crimen es sólo un punto de partida para explorar la vida cotidiana de La Habana, convirtiendo a este personaje en un alter ego del propio autor, un hombre melancólico que busca la verdad en medio del desencanto. Aquí, Padura logra convertir la novela policial en una reflexión sobre la ética, la memoria, la culpa y la dignidad”, dijo Zúñiga Chávez.

Padura dijo sentirse sorprendido por su trayectoria y agradecido con la UdeG, y sobre todo con el Consejo General Universitario por darle la oportunidad de ser homenajeado.

“Yo llegué aquí, a la UdeG, por primera vez en 1991; venía a un encuentro narrativo organizado por la universidad y fue justo ese año cuando gané el concurso de novela que se llamaba ‘Aniversario de la Revolución en Cuba’, mismo que me prometía poder imprimir mi novela Pasado perfecto. Pero un día antes, los organizadores no me permitieron obtener el premio. Pasé en limpio la novela, de máquina a computadora, y a finales de año vine a México a entrevistar a varios personajes musicales y Paco Taibo, a quien le había confiado el manuscrito, me dio un ejemplar impreso de mi novela, editada por la UdeG. Aquella edición tiene erratas hasta en la mirada; estaba mal impreso, hasta mi nombre estaba mal, pero me permitió tener la idea de que era posible seguir trabajando con ese personaje; a partir de ahí, mi relación ha sido muy intensa con la universidad”.

“No tengo ningún doctorado en Cuba, pero en México tengo ya dos. México tiene mucha culpa de quién soy y de que haya podido hacer lo que he hecho. Sé que la universidad no me da este homenaje por mi trayectoria, sino por mi lealtad, porque he sido leal a la UdeG y porque ellos lo han sido también conmigo”, declaró convencido.

Añadió que el proceso de escribir siempre tiene que ir acompañado de un propósito, que tradicionalmente responda a la pregunta “¿para qué voy a escribir algo?”, pregunta que se responde con el compromiso civil que tiene con la literatura.

“Lo esencial está en Cuba, en mi casa y en mi barrio; todas esas experiencias han formado mi literatura. Ahí encuentro también las respuestas para contestar a mis preguntas y seguir escribiendo. Con El hombre que amaba a los perros quise reflexionar sobre las diversas causas que giraron en torno a la revolución de la perversión de una gran utopía política. Este escritor de carne, hueso y obsesión soy yo, y estoy frente a ustedes, agradeciéndoles la obtención de este Honoris Causa. Muchas gracias”, finalizó.

PCL

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