“Pensaba que lo de los mil jóvenes solo era una metáfora pero ahora veo que es una realidad. Yo tengo un hijo que tiene casi 20 años, me han dicho que es difícil educar a un chico solo, pero con mil no vas a tener ningún problema”, así inició su charla el poeta Mircea Cărtărescu (Rumania, 1956).
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El escritor participó en el foro “Mil jóvenes con…” y los conquistó de inmediato con su melodioso rumano, su carisma y sus historias:
“Mi padre era un obrero, mi mamá tejedora, vivíamos todos en una sola habitación donde no había comodidades, pero mi primer recuerdo de la infancia es a mi madre leyendo un libro y yo en su regazo”.
Latinos y exuberantes
Durante la charla, el poeta habló de sus inicios y de la manera en la que se enamoró de las letras, tanto que, ahora, no puede comer o ir al baño sin tener un libro al lado, dijo.
“El placer por la lectura me ha acompañado toda la vida, y a pesar de que en mi casa me sacaban para que fuera a jugar, yo me quedaba en la puerta pues quería volver a mis libros.La lectura es mi pasión, aunque luego encontré los juegos en la computadora (risas)”.
Cărtărescu habló de las similitudes entre su país y México, pasando por crisis económicas, injusticias sociales y hasta dictaduras horribles en Latinoamérica.
“Pero la más importante es la similitud con la cultura y la literatura. Somos latinos, somos exuberantes, estamos llenos de vida y procuramos hacer de cada uno de los días de nuestra vida una especie”.
¿Cómo comenzó a escribir?, le preguntaron. El poeta dijo que fue “a los nueve años cuando hizo una novela de nueve páginas (risas) pero muy densas”.
Aunque Mircea Cărtărescu luce serio cuando se le ve caminando por los pasillos de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el escritor tiene un gran humor que emocionó a los estudiantes, pues les arrancó carcajadas y quizá los inspiró con sus recuerdos, sueños, anécdotas y su inteligencia.
“Quien lee un libro también lo crea, crea la mitad y es un coautor. No existen los lectores pasivos, son activos, todos nosotros lo somos”, respondió el poeta a un joven.
Agregó: “Lees un libro y otro después, algunos los dejas, otros los lees cinco veces. No lees uno solo, lees la propia literatura. Yo les digo que es una forma superior de leer”.
Un joven le pidió que recomendara uno de sus libros, Cărtărescu bromeó y dijo que no sabe cuál es su mejor libro.
“Yo los quiero a todos por igual, pero es cierto que hay unos esenciales, como algunos órganos del cuerpo. Pasa lo mismo con mis libros, todos son importantes, pero les voy a recomendar uno, se llama El ruletista (2010)”.
Seguir los sueños
El escritor habló de la inspiración que encuentra en sus sueños, que él toma muy en serio y son base para sus cuentos cortos.
“Sé que todos los que llenaron la sala son idealistas, porque si no eres joven y no eres idealista qué estás esperando, ¿hacerte viejo? El idealismo consiste en pensar que este mundo en el que vivimos no es el único posible y puede ser diferente y más bello de lo que puedes ver con los ojos”.
El premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2022 terminó su encuentro con los jóvenes con un mensaje: “Les voy a decir un secreto: para tener suerte en la vida tienen que encontrar su vocación, necesitan valor, perseverancia, suerte, mucha suerte, y seguir a su corazón más que hacerle caso a la gente. Sigan su sueño, que los va hacer felices en la vida, y les deseo que lo encuentren cuanto antes”.