Leonardo Padura: “el domingo descanso del optimismo y el pesimismo”

FIL Guadalajara 2018

El escritor cubano presenta en la FIL Guadalajara la nueva novela protagonizada por el detective Mario Conde, La transparencia del tiempo.

Leonardo Padura es autor de 'La transparencia del tiempo'. (Foto: Paula Vázquez)
Jesús Alejo Santiago
Guadalajara /

Hace unas semanas, el escritor cubano Leonardo Padura estaba en Barcelona recibiendo un reconocimiento; apenas unos días atrás, ingresó a la Academia Cubana de la Lengua Española, lo que terminó por darse como muchas cosas en su vida: ya era miembro honorario de las academias de Puerto Rico, Panamá y Costa Rica… pero no de la cubana.
En la Feria Internacional del Libro de Guadalajara participa en mesas redondas sobre novela negra o en la presentación de La transparencia del tiempo (Tusquets, 2018), aun cuando por los pasillos del encuentro editorial y literario haya otra propuesta mucho menos conocida, como lo es una serie de crónicas que escribiera en la redacción de El caimán barbudo, reunidas bajo el título de El viaje más largo (Ned Ediciones), donde se funde la tensión entre periodismo, literatura y política, y ya empieza a reflejarse el estilo que lo define hasta nuestros días.

Así empieza la plática con una de las figuras emblemáticas de la literatura contemporánea.

Mario Conde es importante para tu vida literaria, incluso para la personal. ¿Qué es lo que más te gusta y lo que no te gusta del personaje?

Lo que mejor me cae es su persistencia. Llega a saber determinadas cosas y es como es precisamente por su persistencia. Lo que menos me gusta es que, a veces, le teme a cosas de la vida que no queda más remedio que enfrentar. Por ejemplo, no quiere casarse, ya lo ha estado y tiene miedo de hacerlo de nuevo, a pesar de que tiene una mujer maravillosa. Tiene esas indecisiones y yo soy un poco más rápido a la hora de decidir.

Son muchas las aventuras que ha tenido como protagonista de las novelas. ¿Nunca has pensado en matarlo?

No, para nada. Todavía tendrá que recorrer un camino conmigo. En La transparencia del tiempo cumple 60 años y, por supuesto, va a ser más difícil para él, en la medida que pase el tiempo, realizar determinadas investigaciones, moverse, estar en la calle, y tendré que buscarle alternativas para que pueda hacer otro tipo de investigaciones. Me interesa mucho mantenerlo, porque a través de él tengo un medio para entrar y mirar la realidad cubana contemporánea, desde un punto de vista muy generacional, pues tenemos la misma edad, que resulta muy agudo a la hora de poder plantearlo en libros.

¿Qué es lo que te permite la ficción literaria para contar esa realidad cubana?

La novela es el género de la libertad, en el cual, según tu capacidad, tus posibilidades e intenciones, puedes recorrer un espectro muy amplio de posibilidades. La serie de Conde me ha permitido hacer una crónica de la realidad cubana contemporánea, igual que novelas como El hombre que amaba a los perros, Herejes o La novela de mi vida, me han permitido mirar la historia para tratar de entender el presente. La novela ofrece muchas posibilidades de acercarse a la realidad interior y exterior, porque la sustancia fundamental del género es el análisis de la condición humana.

¿Cuál es el papel de la literatura frente a esa realidad contemporánea?

Contarla si se lo propone. No contarla, si no se lo propone. Soy un escritor cubano y mi realidad la quiero expresar, pero con una perspectiva que no sea local, sino más universal; por eso me apoyo en la historia, en otras geografías, para poder amplificar la realidad cubana.

¿Te molesta o te preocupa que siempre te pregunten sobre Cuba?

Cuando hago estas presentaciones tengo el trabajo de escritor y el de cubano. Con el trabajo de escritor habló sobre los libros y como cubano sobre la realidad cubana, lo cual es inevitable. Cuba es un país que ha llamado la atención del mundo desde hace mucho tiempo, cuyo destino le interesa a muchas otras personas. Es una parte de mi trabajo como escritor, porque al fin y al cabo soy un ciudadano.

¿Contar tus historias con otra perspectiva?

Hay episodios que son más pesimistas, otros optimistas o realistas; eso depende del tema y de los personajes con los que me esté moviendo. Un personaje como Mario Conde tiene una visión nostálgica y melancólica de la realidad y eso se parece bastante al pesimismo, aunque no sea propiamente un pesimismo y alrededor de él haya amigos que no lo sean. Creo que hay un balance de todas las maneras de tener una visión pesimista de una realidad, lo cual no significa descalificar, sino tener una mirada que uno encuentra en determinadas satisfacciones y trata de expresar.

¿Eres optimista o pesimista con respecto a Cuba?

Depende cuando uno mire alrededor de uno y desde la isla, pero Cuba está en un continente, en un mundo, donde la mirada tiende a ser mucho más pesimista. Con respecto a Cuba: lunes, miércoles y viernes me toca ser optimista; martes jueves y sábado pesimista, y los domingos descanso.


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