Reflexionan sobre arte contemporáneo

Luisa Solares de Oliveira e Imgard Emmelhainz son las expositoras del programa de actividades organizado por la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega A.C.

Charla "La crítica en el arte contemporáneo, realidad de un criticado oficio". (Cortesía)
Editorial Milenio
Guadalajara /

El salón Agustín Yáñez fue la sede de la conferencia inaugural de la séptima edición del Seminario Internacional de Crítica de Arte, organizado por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) con la charla "La crítica en el arte contemporáneo, realidad de un criticado oficio" la cual estuvo a cargo de la curadora Luisa Solares de Olveira, originaria de Portugal y la crítica mexicana Imgard Emmelhainz. 

Para la curadora Luisa Solares el cuestionamiento de qué es arte y que no, comienza bajo el contexto histórico 1912 con el artista Marcel Duchamp, sin embargo, su perspectiva va de lo general a lo particular exponiendo la situación actual de la crítica de Arte en Portugal. Una vez formulada esta pregunta, Luisa Solares resalta la importancia de qué hacer con ella en la actualidad y por qué se sigue preguntando. 

Según su experiencia "Estamos ante un sistema crítico que no se cohíbe ante las represalias" exponiendo el caso muy particular de Joana Vasconcelos (artista portuguesa contemporánea) que no solo fue blanco de la crítica portuguesa sino del bullying prolongado y agresiones personales. 

Luisa Solares resalta la labor del crítico como un ente que arroja "apreciaciones y no comentarios marginales" haciendo hincapié en que esta disciplina requiere múltiples límites éticos. 

Siguiendo su intervención Imgard Emmelhainz, continuó con un eje que ambas compartieron en el que se toma como referente a Walter Bejamin con "el arte en la época de reproductibilidad técnica" donde ambas autoras reafirman su sensación ante la idea de que últimamente todo lo que nos rodea en cuestiones artísticas se ha convertido en espectáculo, poniendo como ejemplo múltiples organismos del arte como las galerías, los museos en pos de una cantidad exacerbada de estímulos visuales y sonoros”. 

Según la crítica Emmelhainz, esta es la gran característica de la contemporaneidad, cuya raíz no tiene nada que ver con la calidad. En ese sentido, se cree que el arte tiene el poder de cierta crítica encaminada al desarrollo económico e incluso pacifista; sin embargo, el arte contemporáneo se mantiene al margen de esto. En sus palabras consideramos este fenómeno que toma su origen discursivo en el Neo-populismo, cuya postura genera la idea de arte producido para el consumo es decir, de corte populista. 

Y aunque recurran a la academia para recurrir a la legitimidad de la obra está en un proceso secundario donde concebir el arte politizado para cambiar o preservar formas de vida es problemático e inhumano. En última instancia Emmelhainz, asevera que "la buena crítica termina viéndose como crítica personal" y esta se debe "a una falta y responsabilidad artística, y a la censura el sometimiento de líneas brillantes institucionalizadas."

Con información de Alejandrina Rodríguez

GPE

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