La locura y la creación forman una unión alimentada por el mito y estereotipos. Se ha llegado a creer que las y los genios son el rostro de la demencia, sin embargo, Rosa Montero invita a desafiar este pensamiento.
“Es una idea que detesto, aborrezco. Estoy completamente en contra de ella, porque además es el frivolizar lo que es la locura. La locura, el trastorno mental grave, te deshace”, reflexiona en compañía del neuropsiquiatra Jesús Ramírez-Bermúdez durante la mesa “La necesidad de "perder el norte". Locura y creatividad” en la FIL Guadalajara.
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Para la escritora existen múltiples ventanas en la historia que dan cuenta de cómo la falta de salud mental ha desmoronado la creación misma, el poeta alemán Friedrich Hölderlin es un ejemplo de ello: vivió recluido los últimos treinta y seis años de su vida debido a su estado mental.
“La historia nos demuestra que cuando un artista ha tenido un brote psicótico ha dejado de crear.”
Entonces, ¿dónde reside el genio creativo? La escritora apuesta, con humor, en la suma de diversas variables, además de cierta “inmadurez mental”.
“Hace falta una conjunción enorme de factores, la tormenta perfecta, un montón de circunstancias que te convierten en una persona abocada al ejercicio y creación creativa, creo que es una falta de madurez mental”, dijo.
Según lo planteado por la escritora aficionada a los libros de neurofísica, el proceso de maduración del cerebro es largo. Un punto de inflexión fundamental se da en la primera pubertad, pues hasta entonces el órgano se encuentra hiperconectado, “tienen el cerebro ardiendo”.
Es en la primera pubertad que se da una ”poda tremenda de las conexiones”, sin embargo, en algunas personas, este proceso no ocurre o se da de manera “imperfecta”.
“En ese porcentaje de gente está la gente con trastornos mentales y estamos los que nos dedicamos a cosas creativas. Mi teoría es que todos vosotros, los lectores también. Porque mi teoría es que la gente que necesita leer para vivir son gente con el cerebro sin acabar de podar”, bromeó.
Puede que en el fondo, todos pertenezcamos, de alguna u otro modo, y como decía Proust, a la familia de los nerviosos.
Por su parte Jesús Ramírez-Bermúdez agregó que esta idea, sobre la creatividad y una mayor conectividad sináptica, es muy atractiva para los especialistas.
“Puede suceder que la emoción poderosa de la ensoñación provoque una imagen de un tipo, decía Borges, si yo veo un tigre siento miedo, pero en el sueño si yo siento miedo veo un tigre”
Y es que, de acuerdo con el doctor,se han encontrado conexiones inusuales mientras las personas duermen y que están asociadas con esa extrañeza que se experimenta en los sueños, ese material del inconsciente, que, según Montero es de donde proviene la invención y la escritura.
LHM