El escritor Sergio Ramírez (Nicaragua, 1942) es un apasionado de la novela negra y ya piensa en una nueva aventura para su inspector Dolores Morales.
“Ahora que regrese a Madrid, espero ya sentarme con la nueva novela. Ese es mi trabajo, escribir. Me gustaría volver sobre mi serie de novela negra con el inspector Morales, a ver si es posible seguir con esta saga. Es la idea que tengo entre manos, vamos a ver si cuaja”.
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El escritor dijo a MILENIO sentirse muy atraído por el género, porque es una manera de contar la historia política de América Latina.
“Es una buena herramienta que también permite liberarse del estigma de la novela política como tal. Entonces, la novela negra me da la oportunidad de contar la historia por uno de sus márgenes, que es una trama policíaca, donde la justicia no está libre de la corrupción política o de la influencia del narcotráfico, pues eso hace que se vuelva un género que, a la vez de policíaco, necesariamente viene a ser político y refleja la realidad tal como nosotros la vivimos, que no es como la realidad anglosajona de las novelas tradicionales, en donde la rectitud de la justicia es el punto de partida”.
Sergio Ramírez, quien es un asiduo visitante a la FIL Guadalajara, comentó que a su novela El caballo dorado (Alfaguara) le ha ido bien en esta edición de la feria.
“Es una novela de aventuras entre Rusia y Nicaragua donde conviven un peluquero, una princesa y un mexicano; tuvimos una bonita presentación con Guillermo Arriaga y he estado firmando ejemplares, así que estamos contentos también en ese sentido”.
Es inevitable no preguntarle al Premio Cervantes 2017 sobre los conflictos en el mundo.
“Creo que vivimos una crisis muy profunda, una sacudida que no sé hasta dónde va a llevar. Hay distintos focos de tensión mundial: Gaza, Siria, la guerra de Ucrania y tensiones en otras partes del mundo. Creo que la llegada de la nueva administración de Estados Unidos ya está tensionando las relaciones, como está ocurriendo con México. En fin, hay una tendencia de los electorados a dirigirse hacia la extrema derecha al elegir líderes mesiánicos, demagógicos; eso ayuda mucho a complicar las cosas. Hay mucha inestabilidad en Europa: crisis gubernamentales en Francia, en Alemania, resurgimiento de la extrema derecha en ambos países. De manera que el panorama es poco halagador”.
El escritor señaló que, si bien la literatura no puede evitar guerras, sí puede cambiar individuos.
“Quien piensa que la literatura pueda tener un efecto social, colectivo… es un camino equivocado. Pero la literatura puede ser capaz de cambiar e influir en los individuos y de eso se trata. Y que la literatura extienda esta influencia sobre los lectores y que los lectores de manera colectiva puedan ayudar a cambiar la conciencia del mundo, del rumbo que está tomando”.
Además, el autor opinó que la delegación española ha sido todo un éxito y se siente satisfecho se su trabajo como comisario del programa.
“Casi estamos llegando al final con todo el programa cumplido. El programa literario funcionó muy bien y el pabellón de España también se volvió un centro de atracción, programando actividades importantes, así que ha salido muy bien”.
Finalmente, Sergio Ramírez explicó que uno de los temas importantes durante la participación de España en la FIL fue el del exilio.
“Precisamente, el lema de ‘Camino de ida y vuelta’ lo estamos pensando en exilios, que han llevado a los escritores junto con miles de otros ciudadanos a cruzar el Atlántico, en uno y otro sentido. Y a partir de la llegada de los exiliados españoles a México y otros lugares de América Latina al final de la guerra civil en España, al advenimiento del franquismo, fue un hecho que nutrió mucho la cultura mexicana y la de otros países como Puerto Rico, Argentina y Centroamérica. Ahora hay un grupo considerable de escritores exiliados emigrantes viviendo en Madrid y en otras ciudades españolas y, precisamente, en la delegación de escritores tomaron parte están afincados permanentemente en España, viniendo de América Latina”.
ÁSS