La premiación de los galardones SM Barco de Vapor y de Gran Angular en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara fue muy divertida. Los asistentes fueron recibidos con una paleta de dulce en su asiento mientras un diablo de alas y cola negras y una geisha esperaban al fondo del recinto, en el presidio.
La golosina tenía las portadas de los libros premiados en cada una de sus caras. Entre los asistentes había sobre todo escritores y escritoras, profesionales del mundo editorial, además de lectores que siguen el trabajo de los galardonados, los mexicanos Juan Carlos Quezadas y Karime Cardona Cury.
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El diablo y la geisha se presentaron como los maestros de ceremonias, representaron a los protagonistas de las obras ganadoras: Lucífago (uno de los personajes principales de Lo que comen los diablitos, de Quezadas, que se mereció el Barco de Vapor) y Mirai (de Mirai y las princesas, de Cardona Cury, que se llevó el Gran Angular).
Después Fernando Revilla, director general de SM México, y Cecilia Espinosa, directora de Fundación SM en México, comaprtieron unas palabras.
Revilla mencionó que ambos premios, que se crearon en España en 1978, se han convertido en un referente de SM. “La gente los reconoce más que a la propia editorial, lo cual está muy bien”, dijo, “aunque hay que vender también los libros de texto”, bromeó sin olvidar que la razón por la que estaba ahí era la literatura.
En 1996 el Barco de Vapor comenzó a convocarse en México, y el Gran Angular, en 2019. Espinosa, por su parte, resaltó la importancia de los libros para las infancias y la juventud “en su proceso de formación, para descubrir el mundo, a ellos mismos y a los otros”.
Paletas que giran
Antes de la proyección de dos videos sobre los autores y las obras seleccionadas, la escritora Ana Romero quiso mencionar las bondades de la literatura infantil y juvenil: “Dicen que llegará el día en que, en aras de nuestra propia sensatez, olvidaremos que quisimos cambiar el mundo”, pero que las personas que estaban ahí no creían en ese futuro lúgubre, porque la LIJ se encarga de mantener la luz encendida.
“En ella siempre hay alguien dispuesto a darlo todo por alguien”, a tomar el papel de heroína en su propia vida o de hacer el esfuerzo necesario para defender a sus seres queridos de una destrucción que parece inevitable, como ocurre en las historias de Cardona Cury y de Quezadas, respectivamente.
Entonces fue el momento de utilizar las paletas. El diablito le pidió al público que levantara la suya con la portada de Lo que comen los diablitos apuntando hacia el presidio para que Juan Carlos Quezadas subiera a recibir el Barco de Vapor.
Esta es la tercera ocasión en que recibe este premio —las otras dos ocasiones fueron en 2008 y 2012—, por eso mencionó que quizá los demás tendrían que pensar que esta vez “podría ser como cualquier cosa, pero para mí es quizá el premio más importante de mi vida”, porque significó sentirse como escritor otra vez. Recibir la noticia de que había ganado “fue como ganar La Champions”, confesó.
Luego las paletas giraron, mostrando a Mirai y las princesas, la señal de que era momento de entregara el Gran Angular a Karime Cardona Cury. Ya había intentado participar en otras ediciones del Premio, sin mucha suerte.
Quería publicar en SM porque la considera como “la más maravillosa para los niños y los jóvenes”. Gracias al apoyo de su familia decidió seguir intentando, y cuando la contactaron para darle la buena nueva olvidó el miedo que tenía que la gente pensara que es rara porque le gustan la fantasía, la ciencia ficción y el anime. Ahora, añadió, “me encanta ser extraña y estar entre tantos escritores”.
La convocatoria 2025 ya está abierta, cierra el 28 de febrero de 2025 y las bases están disponibles en la página de la Fundación SM México.
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