Recientemente, un artículo publicado en la revista Vogue desató una conversación en redes sobre tener pareja. Más allá del contenido de fondo, se viralizó la pregunta “¿tener novio da pena?”. Y si esa pregunta —simple en apariencia— quedó retumbando en nuestras mentes, ¿por qué no cuestionarnos sobre lo que pasa cuando hablamos de amor?
Bajo esa premisa, Aura García-Junco —escritora y guionista— reunió a trece escritorxs para pensar y escribir sobre el amor desde contextos y perspectivas diversas. La antología de ensayos Cuando hablamos de amor (Sexto Piso, 2025), presentada en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025, “pinta la intersección entre los afectos y la precarización, el hogar y la explotación, la empatía y la desigualdad de clase”, escribe García-Junco en el prólogo.
“En este momento de la historia en el que hay tantos libros circulando, siempre hay que preguntarse ‘¿por qué un libro más?’, y este en particular nace del deseo de seguir la conversación en torno al amor; creo que es una de las experiencias más trascendentes en la vida de cualquier persona, y si no sirve la literatura para hablar de las cosas que nos atraviesan y nos son esenciales, no sirve para nada”.
En un contexto que sigue cuestionando y pretende medir lo que escriben y piensan las mujeres, este libro se inserta en la filosofía, un tema que cruza la obra entera de esta autora que estudió Letras Clásicas:
“En la antigüedad, los filósofos griegos empezaron pensando que la filosofía es algo que tiene que hablar de la vida cotidiana”, y en ese sentido, García-Junco se pregunta: “¿qué hacemos para que los temas que nos atraviesan se vuelvan motivo de una filosofía pensada desde el feminismo: la filosofía del cuerpo, del actuar y de la reflexión en torno a la experiencia”.
Para Aura, hablar de amor es esencial porque “dentro de la micropolítica del amor entra en juego la macropolítica de muchas otras cosas, y antologías como esta abren puertas para reflexiones más amplias que nos competen a nivel sociedad”, explica.
Hacerlo desde la escritura a pesar del complejo terreno literario y los juicios que recaen en las mujeres al momento de ejercer su derecho a hablar, y en este caso, de escribir y publicar, resulta poderoso y esperanzador.
“Pareciera que tenemos que estar fiscalizando absolutamente todo lo que podemos o no podemos escribir haciendo un promedio rarísimo entre qué gano, qué pierdo, qué se va a decir de mí; para mí el amor es una de las experiencias más trascendentes y si hay algo de lo que debemos escribir es de aquellas cosas que nos conmueven hasta la médula”, reafirma.
Después de escribir El día que aprendí que no sé amar, para Aura García-Junco era necesario hablar del amor, pero en esta ocasión desde lo colectivo para propiciar espacios de reflexión más diversos, “esta manera de abarcar el amor desde tantas voces y tantas visiones nos ayuda a abrirnos a la otredad, a ver cómo se vive desde otros contextos, desde otros orígenes, porque otras personas viven el amor radicalmente distinto, y creo que también nos invita a un ejercicio de empatía que me parece superrelevante en este momento de la historia”.
En cada ensayo se muestra un mundo y una experiencia diferente de vivir el amor, pero también existen algunos factores que atraviesan todos los textos, como el capitalismo y el aislamiento que nos impone el sistema, apunta la también autora de Dios fulmine a la que escriba sobre mí y Mar de piedra.
En el ensayo de Iveth Luna se aborda el vínculo entre amor y trabajo, así como las implicaciones que recaen en las relaciones afectivas a partir de esta relación, mientras que Yásnaya Elena A. Gil explica el concepto de “dualidad complementaria” y el valor de lo comunitario y lo colectivo.
Dahlia de la Cerda habla del amor desde la interseccionalidad y pone sobre la mesa el hecho de que existen condiciones estructurales que también atraviesan a los hombres y lo problemático que es ponerlos a todos en el mismo cajón de opresores. Por su parte, Aura García-Junco habla de lo limitante que puede llegar a ser la monogamia como sistema, “no como relación en particular” y de lo valioso que resulta diversificar los afectos para construir redes que nos ayuden a sostenernos en comunidad.
Otra de las voces que reflexiona sobre el amor es la de Julia Didriksson, quien habla de las redes sociales y los beneficios que podemos obtener de ellas, pero también de lo peligroso que puede ser el que sean nuestra única fuente de información y cómo en ocasiones “pueden aplanar los discursos y nos hace entidades un poco más acríticas”, dice García-Junco.
“Ella habla mucho acerca de cómo las redes sociales han creado categorías que de pronto estamos aplicando de maneras muy irresponsables a nuestras vidas, por ejemplo, que todos tus ex son narcisistas, información que de pronto estamos usando de manera muy superficial”.
En ese sentido, la compliladora lanza una reflexión final sobre la relevancia de poner el tema del amor en los libros: “Me parece importante preservar la complejidad que se encuentra en ellos y que a veces es difícil alcanzar en otros medios de difusión que tienen capacidades más amplias, por ejemplo, podcast o redes sociales.
El amor es un tema que se abarca mucho en estos espacios, pero muchas veces se hace desde la no complejidad y desde discursos que son muy conservadores. Sí es importante que lo sigamos hablando desde medios que no son estrictamente del mundo cultural, porque son los que probablemente rompan algunas paredes, sin embargo, el gran reto es hacerlo sin irnos al blanco y el negro, porque muchas veces en los formatos de la extrema brevedad no hay lugar para matices”.
¿Quiénes escriben en 'Cuando hablamos de amor'?
Iveth Luna Flores, Yásnaya Elena A. Gil, Dahlia de la Cerda, Clyo Mendoza, Andrea Chapela, Yol Segura, Aura García-Junco, Luna Miguel, Siobhan Guerrero Mc Manus, Alejandra Márquez Abella, Julia Didriksson Muriedas, Sayak Valencia y Anne Boyer.
PCL