Freja Ininna Cervantes Becerril estudió la licenciatura en Letras Hispánicas en la UNAM y una maestría y un doctorado en esa institución. Ha desarrollado su carrera académica en la UAM, donde es profesora-investigadora en la licenciatura de Letras Hispánicas. Está especializada en investigación en producción editorial. Ocupa el puesto de directora de Publicaciones y Promoción Editorial de la UAM desde hace poco más de un año. La doctora Cervantes platica sobre la oferta editorial que la UAM trajo a la FIL.
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¿Puede hacer un resumen de lo que ha sido la participación de la UAM en la FIL de Guadalajara?
La UAM ha estado presente en la FIL desde 1996. Por supuesto, nuestra participación ha ido, igual que la Feria, transformándose. Al día de hoy, ocupamos un lugar significativo en el área de editoriales universitarias.
¿Cómo está organizado el lugar de la UAM?
Por su naturaleza misma, la universidad tiene varias sedes y cada una sus propias instancias editoriales. Sobre todo, el libro académico se concentra en las cinco unidades académicas y en las disciplinas que hay en cada una de ellas; cada una tiene su propia producción editorial.
Aquí, en la Dirección de Publicaciones y Promoción Editorial tenemos la edición de Difusión Cultural. Se alojan las colecciones de ensayo, de literatura y poesía, que son emblemáticas de la institución. La colección Molinos de Viento tiene que ver con una figura muy importante para nosotros como lo fue Carlos Montemayor. Somos resultado de ese esfuerzo. También está Cultura Universitaria, una colección de ensayo, pero también de investigaciones genéricas.
¿Cuáles son algunas de sus presentaciones estrellas?
En esta edición, llevamos el anuncio de las celebraciones por el 50 aniversario de la UAM. Entre los títulos más importantes, tenemos el Códice de la Cruz-Badiano. Reflexiones desde la ciencia, la historia y la antropología. Es una obra coordinada por Alejandra Moreno Toscano y estará en el Foro UAM. Será presentada, entre otros, por el doctor Francisco Javier Soria López, rector de la Unidad Xochimilco. También vamos a tener Léxico tipográfico e histórico, de correctores de galeras, como se les llamaba entonces, de José López-Dóñez, tipógrafo de los Talleres Gráficos de la Nación; hoy lo llamarían un “intelectual plebeyo”. Realizó el libro para sus compañeros de trabajo como una idea pedagógica. Se publicó en 1923 y tiene que ver con nuestra historia escrita; es un libro ilustrado.
Otra de las obras que me parece rescatable es la Antología personal del maestro Carlos Montemayor, con la cual hemos querido hacerle un homenaje como poeta. La obra apareció en 2001 fuera de colección, y, ahora, con estos 50 años que celebramos, nos pareció que valía la pena publicarla en la propia colección que él creó: Molinos de Viento.
Tenemos también, en el campo social, Territorios juveniles y afectividades divergentes, del doctor Alfredo Nateras Domínguez, un especialista en estudios de la juventud. Igualmente, está una obra como Diálogos entre el cine y otros saberes, que coordina Isis Saavedra Luna, y que nos permite conocer los intercambios que existen entre el arte cinematográfico y las disciplinas humanísticas y sociales.
Una colección que regresa con una nueva imagen es Desbordar el Canon, pionera en el rescate y visibilidad de las obras escritas por mujeres. Desde inicios de este siglo se comenzó a publicar; en esta ocasión, el volumen está dedicado a la obra de Margo Glantz. Otro libro que tiene que ver con la crítica literaria es ¡Viva el mole de guajolote! Nuevos asedios al estridentismo, de Evodio Escalante. Como todo lo que escribe Evodio, augura nuevos debates y visiones para volver a un momento tan importante como el de las vanguardias en México.
En títulos esenciales para otras áreas está la Introducción a la ingeniería biológica, coordinado por Adela Irmene Ortiz López y Rodolfo Quintero y Ramírez. Es una obra científica. Finalmente, otro título que puede ser importante es Vamos a jugar a Londres. La escena oscura del rock mexicano al sur del D.F. en los 80 de José Hernández Riwes Cruz y Macarena Muñoz Ramos, sobre la historia reciente del rock y qué significaba escuchar esa música cuando no se podía asistir a conciertos.
Por supuesto, hay más obras. Y no quiero dejar de mencionar a nuestras revistas, como la memorable Casa del Tiempo en su nueva época, que alcanza el número 12 y está dedicada al diálogo por los 50 años de difusión cultural en la UAM.
Vamos a estar en el Stand I 11 con el lema Medio siglo de páginas en movimiento; en resumen, vamos a tener 62 presentaciones, algunas en salón y otras en nuestro foro.
hc