Ganador del Premio Alfaguara de Novela por la exitosísima Diablo Guardián, Xavier Velasco conserva una compulsión por la escritura, que ha quedado plasmada en libros como Éste que ves, Puedo explicarlo todo, La edad de la punzada y, más recientemente, El último en morir, libro que presentó en esta edición virtual de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
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—¿El libro que te inició como lector?
Aventuras del capitán Jack. Era un libro de un raterillo, de un tipo que se hacía raterillo y era un malandrín a lo largo de toda la novela. Supongo que me marcó.
—¿Y el que te convirtió en escritor?
¡Caramba! Yo creo que el mismo. Yo jugaba a escribir a los 9 años y más o menos fue la edad en la que leí ese libro. Yo ya escribía, entonces lo leí y me dieron unas enormes ganas de escribir, que es lo que siente uno: ganas de bajar a la cancha y jugar, no estar solo en la tribuna.
—¿Qué manías tienes al escribir?
Una manía constante de insuficiencia, como de que algo me falta. A veces la música, a veces un refresco, a veces un drink... En fin, siento que algo me está faltando, entonces tengo una necesidad permanente hasta que más o menos se enriela la narrración y entonces ya no me falta nada.
—¿Qué libro no has leído y siempre has querido leer?
Cuando un autor me gusta mucho tiendo a reservarme dos o tres libros suyos para leer alguna vez, porque si me lo acabo siento como que me dejó. La broma y El libro de los amores ridículos, de Kundera, los tengo pendientes. Y uno que llevo años queriendo leer, vi la película que es maravillosa, y sigo sin leerlo, es El gatopardo. Claro, la película es de Luchino Visconti, pero todavía no leo a Giuseppe Tomasi di Lampedusa y eso que sólo escribió un libro.
—¿Tu héroe o heroína de ficción favorito?
Bowie
—¿Te gusta leer con música o sin música?
La música me acompaña de cualquier manera. Puedo leer sin música, pero cualquier cosa que yo haga prefiero hacerla con música. Es muy a gusto leer con música.
—¿Qué otra vida te habría gustado vivir?
De aventurero.
—¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Es difícil juzgar eso, porque para unos tus extravagancias no son tan extravagantes, así que déjame pensar... Tengo una compulsión indeclinable a coleccionar cosas inservibles.
—¿Qué defecto ajeno te parece más intolerable?
Que la gente sea mentirosa, porque generalmente son malos. Si fueran buenos no me parecería tan malo, pero cuando te dicen una mala mentira es como si te dijeran que eres idiota.
—¿Qué virtud aprecias más en tus semejantes?
La que no tengo yo, la paciencia.
—¿Tu época favorita de la historia?
La actualidad, siempre, porque es la única en la que no puedo idealizar. Es muy fácil decir: "a mí me gusta el siglo XIX o el siglo XVIII"; a ver que te curen con una sangría. Yo no estoy seguro que en el pasado podría encontrar algo. Cómo te diré... al pasado lo miro con un cierto desdén, porque ya no puedo hacer nada en él. No quisiera vivir en él, me puede interesar mucho, pero mi época favorita sigue siendo el presente, y mira que el presente es horrible.
—¿La mentira más convincente que has dicho?
Sí, mi amor.
—¿El animal con el que te identificas?
Con el perro.
—¿Qué virtud envidias de tus amigos?
La capacidad de deshacerse pronto de un berrinche.
—¿El libro que te habría gustado escribir?
El retrato de Dorian Gray.
—¿El libro que jamás habrías escrito?
El catecismo
—¿Cómo te definirías?
Como un tipo que vive para escribir.
—¿Qué es lo que más disfrutas?
Lo que más disfruto en la vida es una buena dosis de risas con la mujer que amo.
—¿Qué súper poder te gustaría poseer?
Volar, me gustan las alturas. Fui paracaidista; me gusta volar.
—¿Tienes una frase que guíe tu vida?
Es de mi madre: "No ha nacido quien me mande".
PCL