La filigrana es una técnica de decoración cuyo origen se remonta a Medio Oriente en el año 2 mil 500 Antes de Cristo. Consistía en adornar vasijas, objetos y trajes populares con hilos de oro, plata o metal.
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En la edad contemporánea la filigrana evolucionó: Ahora el papel o cartulina de colores es la materia prima de la técnica.
Hace 10 años que Lourdes González se adentró en el mundo de la filigrana, la infinidad de posibilidades artísticas que ofrece una tira de papel de colores, fue lo que la atrapó.
“La filigrana me gustó muchísimo porque te da un mundo de posibilidades de crear, de hacer y se utiliza para hacer bisutería, puedes hacer hasta figuras en tercera dimensión, todo lo que a ti se te ocurra lo puedes hacer en filigrana”, detalló.
La técnica es simple, pero requiere mucha creatividad para lograr creaciones únicas que resultan excéntricas. Además, doblar la tira, pegar, moldear y combinar colores, resulta relajante para algunos.
“Es una técnica que también te relaja, te desestresa y también te deja una gran satisfacción porque cuando tú terminas de realizar un trabajo y ves lo bonito que te queda pues es una gran satisfacción, eso le ayuda a las personas a elevar su autoestima”, aseguró la artista.
Crear los aretes, collares y ornamentos de filigrana que fabrica Lourdes pueden llevar desde 10 minutos hasta 30 horas de trabajo. Así que los precios varían según las horas destinadas.
“Te centras tanto que dejas que el tiempo pase y tú puedes dedicarle hasta ocho horas si quieres a una pieza. Pierdes la noción del tiempo cuando te dedicas a esto, la verdad”.
Además de vender sus creaciones, Lourdes gusta de dar clases de filigrana en talleres, en línea o a domicilio.
MC