Las presentaciones de Ten cuidado con lo que deseas en el Festival Internacional Cervantino (FIC) van más allá de un simple espectáculo dancístico; también significan un regreso a casa para Francisco Córdova, director artístico de Physical Momentum, compañía que lleva 15 años sobre los escenarios.
En entrevista con MILENIO, el coreógrafo y pedagogo nacido en Guanajuato recuerda que su madre fue “mi primera formadora, una docente de la Universidad de Guanajuato que se dedicó a la danza al 100 por ciento”. También evoca sus años mozos yendo a las actividades del Cervantino, al que ahora ve como “una de mis casas artísticas por todo lo que me ha dado”.
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Tras recorrer Europa, donde se encumbró como uno de los intérpretes más representativos de la llamada 'nueva danza contemporánea', Francisco regresa a su ciudad natal para mostrarle a sus padres, amigos, colegas y, sobre todo, a los visitantes del FIC, lo que mejor saber hacer; ese acto “de transformación, de identidad, de sofisticación, de carne, de saber”: la danza.
“Es regresarle todos esos valores y afectos, ese amor por lo que uno decidió hacer, al lugar. Vengo de una proyección importante y llegar con eso a tu ciudad es algo que tiene una connotación emocional muy íntima”, asegura.
El artista tiene como filosofía que la danza “no es para educar, sino para humanizar”, y se siente afortunado de haber compartido esta visión en lugares como la Academia Experimental de Salzburgo, en Austria, y el Krama Arts Space, en Grecia.
De su trabajo como coreógrafo, que se refleja en una propuesta metodológica llamada ‘Cuerpo-Acción’, comenta que parte “desde una lectura del paisajismo, de habitar un lugar. De ahí genero primero una dramaturgia y lo último que coloco es el cuerpo, porque tengo trabajando con él tanto tiempo que prefiero darle foco al contenido”.
Contenido, concepto que en la actualidad algunos exponentes dancísticos entienden como una urgencia en lugar de una reflexión. “Hacen obra cada año como si cada año estuvieran innovando o tuvieran que decir algo nuevo. No sé si se hizo una costumbre o un hábito, pero a mí me genera confusión, porque si yo genero una obra, genero un proceso de 8 o 10 años para que empiece a tener una flor”, manifiesta el poseedor de una maestría en Estudios Teatrales y Dirección Escénica.
“Hay una obra que es mi caballito de batalla, la pieza En tercera persona, que es la que más ha viajado por todo el mundo y me llevó un proceso mínimo de 2 años, pero se siguió construyendo con los años. La que presentaré en el Cervantino tuve la oportunidad de que se estrenara en el Palacio de Bellas artes en 2018, pero se generó en 2016… Lo que quiero decir es que me interesa posicionar la obra, darle vida, entenderla, irla alimentando. Creo que eso ya casi no se acostumbra porque los artistas se condicionan a partir de convocatorias; el artista hace obras para convocatorias en vez de hacer obras por el sentido creativo”, agrega.
Otra problemática del panorama dancístico nacional es la división del gremio en “bloques que no terminan de generar o hacer que sucedan códigos”.
Es decir: a los artistas consagrados “les cuesta asumir las nuevas propuestas que se están generando, que los artistas jóvenes codifican hacia otra salida”, mientras que los jóvenes “a veces carecen mucho de contenido y se van hacia pensamientos ocurrentes sin generar peso o solidificar”.
Para Francisco, la solución radica en la apertura: ser curioso con el trabajo del otro, conocerlo. “Entre más apertura tengas hacia otro tipo de dispositivos o educación, vas a tener la responsabilidad de respeto hacia el otro. Y me parece complejo que se sigan asumiendo cosas de hace 40 o 50 años que ya no están presentes en nuestro contemporáneo; de repente ver que siguen reeducando a una sociedad que ya no es la misma que hace 50 años, que artísticamente se sigue mostrando lo mismo. No demerito eso, pero démosle voz a las nuevas generaciones que están viviendo a otra velocidad”.
A pesar de estos puntos que pueden verse como negativos, el coreógrafo comenta que la danza en nuestro país es vigorosa y valiosa por su diversidad escénica: “En México se genera de todo”, resalta.
“Uno de los mayores honores”
Presentarse en la edición 50 del Cervantino es para Francisco Córdova “uno de lo mayores honores que le pueden suceder a un artista”.
“Me siento elogiado y conmovido porque jamás me hubiera imaginado llegar aquí con este proyecto tan magnánimo (Ten cuidado con lo que deseas). Por eso, lo primero que me representa el llegar al festival es la palabra amor, estas presentaciones tienen una conexión emotiva y sentimental”, confiesa.
Sobre Physical Momentum, compañía de con la que ha recorrido el mundo, explica su forma de trabajo: “No creo en el formato convencional: personas que se ven todos los días, ensayan y se van de gira. Mi formato fue convocar a artistas que me interesan dentro de mi línea artística; en mi búsqueda y este rodar por el mundo he tenido la oportunidad de enfocarme en artistas que pueden dirigirse al trabajo que a mí me interesa, y que alimentan y dan volumen a las ideas. No es encontrarnos para hacer un producto, sino para hacer un proceso longevo y real”.
Ten cuidado con lo que deseas es el montaje que Francisco presentará el sábado 29 (20 horas) y el domingo 30 (12 horas) en el Auditorio del Estado; un proyecto donde muestra las “consecuencias escénicas de la practica y error” con un gran peso sensorial “hacia la afectividad”.
Por último, en un ejercicio imaginativo, el guanajuatense explica cómo sería Physical Momentum si fuera una persona: “Alguien con sus malestares, sus demonios, con sus malos pensamientos… Con la belleza de todo eso que lo conforma, con el humor que tiene, con la oscuridad e imaginación. Así me imagino el proyecto: muy directo, muy fuerte, muy estrambótico, complejo y físicamente moldeable”.
PJG