Frankenstein tiene la personalidad encantadora del monstruo: Antonio Malpica

En Frankie. Una novela con monstruos y panqueques, el escritor no sólo presenta a un monstruo con las mismas virtudes o defectos de los que adolece el ser humano, sino con una perspectiva mucho más lúdica.

El autor reconoce la necesidad de leer con una perspectiva contemporánea a ese tipo de historias. (Ilustración: BEF)
Jesús Alejo Santiago
Ciudad de México /

De entre los personajes que no sólo saltan de la literatura a otro tipo de imaginarios —el cinematográfico, por ejemplo—, uno de los más populares es el concebido por Mary Shelley, Frankenstein, quien tiene su propio lugar entre los monstruos de la cultura universal, si bien se le ha abordado de diferentes maneras a lo largo de la historia.

Dentro de esas exploraciones se encuentra la propuesta de Antonio Malpica en su novela más reciente, Frankie. Una novela con monstruos y panqueques, publicada por el sello Gran Travesía: el recuento de la obra clásica de Shelley, siendo la intención del escritor no sólo presentar a un monstruo con las mismas virtudes o esos mismos defectos de los que adolece o define al ser humano, sino con una perspectiva mucho más lúdica.

“Es curioso cómo la criatura de Víctor Frankenstein, careciendo de nombre originalmente, se hizo del nombre fuera del libro como una especie de revancha y ahí anda, el personaje está vivo y nos queda claro todos los 31 de octubre, cuando es uno de los personajes más queridos”.

Están los demás monstruos clásicos, como Drácula, el hombre lobo, el fantasma de la ópera, pero “Frankenstein tiene como esa personalidad encantadora del monstruo”, es el monstruo por antonomasia, tiene un lugar y lo seguirá teniendo, en palabras del narrador: “ya pasaron 200 años, pero estoy seguro de que dentro de 500 años va a seguir el nombre brillando por sí mismo”.

La perspectiva de Antonio Malpica con la novela parte de una lectura del original de Mary Shelley, del saber qué es lo que hubiera pasado si en vez de renegar de su creación, Víctor Frankenstein la acepta y trata de que se acople a la sociedad, a pesar de su apariencia. Ahí también hay un rasgo muy humano, lo cual no significa que sea algo bueno, sino más bien que se trata de una decisión que podría, y debería, tomar cualquier persona.

“La criatura, en la novela original, tiene raciocinio, tiene sentimientos y, al parecer, lo que lo aísla del género humano es su apariencia. Tristemente es en lo que se fija Víctor cuando se horroriza al ver lo que creó, a lo que le dio vida: y eso no es tan humano justo porque piensa, siente y creo que sí merecía esa vindicación”.

Antonio Malpica es un escritor que recorre no sólo diferentes géneros literarios, sino también temáticas, con lo que puede ir de las historias de terror a la fantasía o a la literatura infantil, lo que no asume como un desafío, sino como un principio de libertad e independencia personal y ante el mercado editorial, si bien una de sus preocupaciones es saber si la historia en la que trabaja va a encontrar editorial, lo que ya no es tan complicado para él, como se refleja en el hecho de que su bibliografía se conforma de al menos 50 títulos.

“Las preocupaciones las dejo fuera de mi estudio cuando me pongo a crear y, justo por eso, he logrado ese registro: no me importa tocar ningún tema, ni utilizar algún género en especial, ni usar la primera o la tercera persona, o ubicar la historia cien años atrás o en estos tiempos.

“Mis lectores creo que aprecian el hecho de no estar seguros qué van a encontrar en el siguiente libro. Hay quienes sí me demandan historias de terror… qué sé yo, pero no obedezco a ningún tipo cuota o algún lineamiento. En general trato de contar historias que valen la pena de ser contadas”.

En Frankie. Una novela con monstruos y panqueques, que cuenta con ilustraciones de Rubén Darío Rodríguez, Antonio Malpica reconoce la necesidad de leer con una perspectiva contemporánea a ese tipo de historias, como una manera de reconocer su vigencia.

PCL

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