La bailarina Elisa Carrillo recibió ayer por la noche el Premio del Fondo del Patrimonio Petipa en el Teatro Nacional de Eslovaquia.
- Te recomendamos “No soy la mejor del mundo”: Elisa Carrillo Cultura
Este premio se otorga por primera vez para distinguir la labor de diversas personalidades de la danza por la institución que resguarda, investiga y promueve el legado del coreógrafo franco-ruso Marius Petipa (1818-1910).
El reconocimiento —el tercero a escala internacional que recibe la mexicana este año— se suma al Benois de la Danse y el Alma de la Danza de Rusia.
El galardón le fue otorgado por sus aptitudes para la danza, además de promover y mantener la tradición coreográfica de los ballets de Petipa.
“Quiero dedicarlo a la comunidad artística y cultural de México por su esfuerzo y dedicación, por no dejar de luchar y trabajar cada día”, expresó Carrillo antes de la ceremonia.
Y añadió: “cada premio me insta a trabajar con más fuerza para devolver a la danza y a mi país, algo de lo que yo he recibido, en especial a niños y jóvenes para que tengan mayores oportunidades”.
La primera bailarina del Staatsballett Berlin fue elegida por ser “una figura que está dejando huella, no solo en México, sino en otras partes del mundo al organizar proyectos únicos que han servido para dar visibilidad a este arte”, comentó Stanislav Feco, director artístico del Fondo.
La premiación fue precedida por una función de gala de El Quijote, una de las obras más célebres de Marius Petipa, a cargo del Ballet Nacional de Eslovaquia.
- Te recomendamos Elisa Carrillo es nombrada Artista Distinguido 2019 Cultura
Otros galardonados fueron el ruso Mikhail Kaniskin, director artístico de la Gala del Kremlin y primer bailarín del Staatsballett Berlín; Manuel Legris, director artístico del Wiener Staatsballett; el Ballet Nacional de Eslovaquia y la ex bailarina y crítica de ballet checa Jana Hoskova.
Y ADEMÁS
EL IMPACTO DEL ARTE EN LA INFANCIA
En días pasados, Elisa Carrillo participó en el VIII Foro Cultural Internacional de San Petersburgo, en Rusia. Durante su participación, Elisa Carrillo dio un discurso en el que —partiendo de su experiencia personal con la danza— habló del potencial e impacto del arte en la infancia: desde el desarrollo de la imaginación y la creatividad, una mejor formación académica y personal, la sensibilización humana, un mayor entendimiento social e incluso el impulso a la economía y como forma de trabajo.