El tema del huchicoleo y la estrategia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra el robo de combustible pusieron sobre el tablero (de Twitter y Facebook) una discusión sobre la forma correcta de nombrar a los establecimientos donde se venden los combustibles: ¿gasolinera o gasolinería?
Las instituciones encargadas de describir la forma en que se expresan los hablantes incluyen ambas formas en sus diccionarios, pero con ligeras variantes.
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La Real Academia de la Lengua Española (RAE) recoge gasolinería como el "establecimiento donde se vende gasolina", pero con la acotación de que su uso es exclusivo de Costa Rica, Guatemala, México, Nicaragua y Paraguay; gasolinera comparte esa definición, pero también se usa para hablar de la persona que trabaja en este establecimiento.
La Academia Mexicana de la Lengua (AML) —menos conservadora y más flexible que su homóloga— aclara que "en el español general, la voz más usual es gasolinera", sin embargo en el español mexicano "es muy común emplear la palabra gasolinería con el mismo sentido".
Y el Diccionario del Español de México del Colmex acota que gasolinería es la forma coloquial de llamarle a las gasolineras.
¿Por qué la confusión?
El español es una lengua fusionante. Es decir, las palabras se forman con la unión de morfemas con significado léxico y gramatical.
La respuesta a por qué los mexicanos decimos gasolinería es que construimos esa grafía según el modelo con el que construimos, por ejemplo, panadería: un sustantivo y un sufijo derivativo.
Así, tenemos que "la voz gasolinería está formada a partir del sustantivo gasolina y el sufijo –ría o –ería con el que se forman sustantivos que expresan dignidad, jurisdicción, oficio o lugar donde se ejerce", acota la AML.
En pocas palabras: ambas formas de decirlo son correctas, pero su uso varía según la geografía.
ASS