Gay, bastardo e irrepetible, facetas de Leonardo

El autor pone énfasis en tres características de la personalidad del genio: curiosidad insaciable, observación cuidadosa e imaginación juguetona.

"Tavola Lucana", autorretrato del genio florentino que se exhibe actualmente en Puebla.
Jesús Alejo Santiago
México /

Cuando Walter Isaacson comenzó la biografía de Steve Jobs sabía que buena parte tenía que salir de entrevistas con el fundador de Apple. Pero en los casos de Benjamin Franklin, de Albert Einstein y de Henry Kissinger tenía muy claro que debía hurgar en lo que muchos otros habían escrito en torno a esos personajes, hasta reconstruir sus vidas y ganarse un lugar como uno de los biógrafos más importantes de nuestro tiempo.

Hace unos años se planteó el que, sin duda, se antojaba como uno de los proyectos fundamentales en su bibliografía: repasar la vida de quien es considerado el visionario más importante de todos los tiempos, Leonardo da Vinci, uno de los espíritus más rebeldes y creativos en la historia universal.

Fue una labor que desde el inicio se antojaba titánica; así, el catedrático de Historia en la Universidad de Tulane se sirvió de cuadernos de notas, diseminados por archivos y colecciones privadas de todo el mundo; además, Florencia, Madrid, París y Milán fueron algunas de las ciudades que visitó el investigador estadunidense para estudiar los originales del genio renacentista.

Leonardo da Vinci. La biografía, aparecida en español bajo el sello de Debate, no solo busca repasar la vida del creador, sino al mismo tiempo detenerse en tres características de su personalidad que lo llevaron a la cima de los espacios en los que desarrolló su interés en el arte, el pensamiento y las ciencias: la curiosidad insaciable, la observación cuidadosa y la imaginación juguetona.

“De joven era lo que se consideraría un inadaptado, pero gracias a que en Florencia reinaba un ambiente tolerante pudo elegir su propio camino para desarrollar su creatividad. El hecho de que fuera ilegítimo fue positivo,

porque no se vio obligado a seguir la carrera profesional de su padre, que era notario”, explicó Isaacson a El Mundo.

Uno de los mejores elogios a la biografía de Da Vinci se publicó en The New Yorker, donde se señaló que, además de una investigación diligente, “este libro es un estudio sobre la creatividad: cómo definirla, cómo alcanzarla… Y, lo más importante, Isaacson cuenta la historia de una mente poderosa y de una vida estimulante”.

Pinceladas

“Después de varios años, y tal vez desde el principio, Leonardo  consideraba la Mona Lisa una obra propia y universal que legaba a la posteridad, en lugar de un cuadro que debía entregar a Francesco del Giocondo. Nunca lo hizo y, a juzgar por la documentación bancaria de Leonardo, no cobró ni un céntimo por él. En cambio, lo mantuvo consigo en Florencia, Milán, Roma y Francia, hasta que murió, 16 años después de haberlo empezado. Durante esos años le añadió, pincelada tras pincelada, capa tras capa, de pintura al óleo para perfeccionarlo, retocarlo e impregnarlo de un original y hondo conocimiento del ser humano y de la naturaleza. Cada vez que una nueva idea, imagen o inspiración le venían a la mente, su pincel volvía a posarse con delicadeza sobre la tabla de álamo”.

A un año de conmemorarse el 500 aniversario de la muerte de Leonardo, Isaacson ofrece un acercamiento con múltiples grises: hijo ilegítimo y homosexual, dentro de una figura atlética, afable, refinada y sofisticada. Es una biografía que apuesta por reflejar sus virtudes y sus defectos, los triunfos y los fracasos que tuvo el genio, cuya curiosidad le llevó por múltiples caminos.

De ahí que uno de los objetivos primordiales del biógrafo fue tratar de mostrar los elementos y facetas que le permitieron sobresalir por encima del resto de los mortales, no solo de su tiempo: pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista.

Las biografías de Isaacson han resultado tan exitosas que la de Steve Jobs fue llevada a la pantalla grande por Danny Boyle, mientras que la de Einstein se convirtió en una serie de televisión. Ya se trabaja en la adaptación de la de Leonardo da Vinci, quien será interpretado por su tocayo Di Caprio.

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