Las fiestas de Oaxaca concluyeron con saldo blanco, lleno en hoteles y un auditorio Guelaguetza repleto. En esta ocasión engalanó el festejo la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller.
Ataviada con traje regional, afirmó sentirse orgullosa de la mayor fiesta de cultural del país y la más importante de Latinoamérica, sin descartar la posibilidad de, como escritora, hacer un libro sobre la fiesta y de las tradiciones de Oaxaca. Adelantó que escribirá algo en su cuenta de Facebook.
“La recuperación de este lugar y su tradición es muy valioso porque Oaxaca es uno de los estados con más cultura. Disfrutar esta tradición centenaria tanta gente, revivirla representando a México, es algo invaluable”, dijo la historiadora.
A Gutiérrez Müller se le vio cantar, bailar, tomarse selfis y abrazar a todo aquel que le pidiera un foto, rompiendo el protocolo del evento, estando más del lado del pueblo que en su lugar en el palco oficial.
El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, afirmó que con la presencia de Gutiérrez Müller queda claro el mensaje contundente del gran cariño que le tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador a Oaxaca.
Festejo dancístico
Se presentaron al menos 27 grupos dancísticos, siendo de los más aplaudidos el de Tuxtepec, que presentó el baile Flor de piña, los bailes de la zona del Istmo de Tehuantepec y los sones y chilenas de la región de la costa, de Pinotepa Nacional.
Con las chinas oaxaqueñas iniciaron y concluyeron los festejos de la edición número 87 de la Guelaguetza en el Cerro del Fortín.
Con gran algarabía y destreza, representantes de una de las regiones de Oaxaca mostraron algunas de sus tradiciones y su colorido a la audiencia. Mientras en el escenario se ejecutaban las mejores danzas folclóricas locales, en las gradas los asistentes no dejaban de aplaudir y de “hacer olas” para celebrar el colorido de las ocho regiones.
Las danzas que se realizan en el Carnaval de Santa Catarina Ticuá, Tlaxiaco —región de la Mixteca— también se hicieron presentes en el cerro, con la interpretación de La ofrenda. Por primera vez en un Lunes del Cerro se presentó San Francisco del Mar —de la región del Istmo de Tehuantepec—, cuya delegación presentó su Danza de los negritos de Corpus Christi.
Otra de las delegaciones que debutó fue la de San Carlos Yautepec —región de la Sierra Sur—, que ofreció El fandango y jarabe carleño.
San Andrés Solaga —región de la Sierra Norte— presentó el rito de la Boda salagueña y el pueblo mágico de Huautla de Jiménez estuvo presente con Mayordomía, labrada de cera y sones mazatecos.
La gallardía de los hombres que representaron la conquista estuvo representado con la Danza de la pluma, a cargo de la delegación de Cuilápam de Guerrero; mientras que San Pedro Ixcatlán —de la Cuenca del Papaloapan— robó las sonrisas a los turistas, luego de presentar Na´puta chi-chi y la borrachita, sones mazatecos de esta localidad.
Durante esta edición de la gran fiesta oaxaqueña también se desarrollaron de manera paralela las ferias del mole, de los antojos y del mezcal y las artesanías, además de presentaciones de grupos musicales.
La ocupación hotelera, al 100
El secretario de Turismo de Oaxaca reportó que la ocupación hotelera se mantuvo al cien por ciento esperando una derrama económica de 500 millones de pesos. Esta cifra representa un 18.94 por ciento más de lo obtenido en 2018. Durante los últimos fines de semana se reportó una presencia de más de 200 mil turistas en la ciudad de Oaxaca.