Aunque el proceso histórico conocido como la Conquista de México fue largo y complejo, historiadores coinciden en señalar el 13 de agosto de 1521 como la fecha de la caída de Tenochtitlan —o de México-Tenochtitlan— y, por ende, la rendición del Imperio Mexica.
En esa fecha, el último tlatoani mexica Cuauhtémoc se rindió ante el poderío militar de los conquistadores españoles y de sus aliados, y fue tomado prisionero por Hernán Cortés. Veamos algunos de los hechos y las circunstancias que rodearon a esta caída de Tenochtitlan.
Antecedentes
En abril de 1519, el conquistador español Hernán Cortés legó a tierras mexicanas —específicamente al actual Veracruz—, proveniente de Cuba y con un puñado de hombres. A medida que se internaba en territorio mexicano, se dio cuenta de que diversos pueblos y tribús sometidos se oponían al poderío del Imperio Mexica. Luego de diversas escaramuzas, Cortés pactó alianzas con estos pueblos y en contra de la supremacía de México-Tenochtitlan.
El historiador mexicano Eduardo Matos Moctezuma explica que el avance de los españoles hacia Tenochtitlan no fue fácil, pero pudieron llegar a Cholula, donde aún no queda claro si los españoles organizaron una matanza para atemorizar a los mexicas, o si fueron víctimas de una emboscada y tuvieron que salir de ésta a sangre y fuego.
Como haya sido, Cortés continuó su avance hacia Itzapalapa, y de ahí partió el 8 de noviembre de 1519 a su encuentro con el entonces gobernante de los mexicas: el tlatoani Moctezuma, quien acudió ricamente ataviado y acompañado de su séquito. El recibimiento a Cortés y sus hombre fue lujoso y asombró a los españoles, que de cualquier modo urdían un plan para aprisionar al tlatoani.
Por aquel entonces, el gobernador de Cuba, Pedro de Alvarado, mandó a Pánfilo de Narváez a aprehender a Cortés por desobedecer sus órdenes, de modo que éste tuvo que partir a Veracruz para rechazar su ataque. Al mando de las tropas quedó Pedro de Alvarado, quien ordenó la famosa matanza del Templo Mayor.
Los combates entre mexicas y españoles aumentaron, y culminaron en la huída de los españoles en la llamada 'Noche Triste'. Antes de ello, murió Moctezuma; no se sabe si su propio pueblo lo mató en represalia a su actitud servil ante los conquistadores o si éstos lo asesinaron toda vez que no les fue útil.
Moctezuma fue sustituido por Cuitláhuac, quien ofreció una férrea resistencia al ejército español y a sus aliados. Fue él quien obligó a la retirada en la 'Noche Triste', pero a pesar de haberse impuesto a los fusil y los caballos de los europeos, su gobierno sólo duró 80 días, pues fue abatido en noviembre de 1520 por la viruela traída por los españoles.
Cuitlánhuac fue reemplazado por Cuauhtémoc. Esta inestabilidad en el mando supremo debió tener efectos adversos entre los mexicas, pues bien sabemos lo que simbolizaba para ellos la figura del tlatoani. En ese momento empieza el avance hacia la conquista de Tenochtitlan, para lo cual Cortés contará con el apoyo de fuertes contingentes indígenas que veían la oportunidad de liberarse del yugo azteca.
La caída de Tenochtitlan
Una de las primeras estrategias que aplicó Cortés fue la de cortar el agua que surtía del líquido a Tenochtitlan. Dividió a su ejército en tres grupos para cortar las vías terrestres a lo largo de las grandes calzadas que llevan a Tenochtitlan: 8 mil tlaxcaltecas apoyaron a Alvarado por la calzada de Tacuba, al poniente; otros tantos apoyaron a Cristóbal de Olid en Coyoacán; Sandoval atacó desde Iztapalapa, al sur, con el mismo número de indígenas de Chalco y Huejotzingo, además de contar todos ellos con fuerzas españolas.
Cortés dirigió los 13 bergantines que asedian a la ciudad desde el lago. En cuanto a las tácticas guerreras, el indígena trata de capturar guerreros para el sacrificio, en tanto que la táctica española es matar al mayor número de enemigos. A lo anterior hay que añadir las armas de fuego de largo alcance por la parte peninsular; también están los caballos, que si bien no eran muchos, prestaron un servicio eficaz al conquistador.
Matos Moctezuma sostiene que el 13 de agosto de 1521, tras deliberar con su Consejo, el último tlatoani Cuauhtémoc decidió rendirse a los españoles con el fin de evitar más sufrimientos. Esta rendición implicaba que Tenochtitlan sería vasallo del rey de España y estaría obligado a pagarle tributo; pero Cuauhtémoc no podía imaginar que lo que estaba por suceder: la desaparición del mundo mexica.
El Templo Mayor de México-Tenochtitlan fue destruido hasta sus cimientos, aunque se conservan partes de las etapas anteriores. Esto era inevitable, pues simbólicamente el Templo Mayor equivalía al centro de la cosmovisión mexica.
FM