Un equipo internacional de expertos descubrió en el enclave británico de Gibraltar, en el sur de la península Ibérica, los primeros restos de arte rupestre neandertal, según un estudio publicado en los "Proceedings" de la Academia estadounidense de las Ciencias (PNAS).
Hasta ahora, el arte rupestre sólo se había podido atribuir con claridad al hombre moderno (Homo sapiens).
El equipo liderado por la española Ruth Blasco y gibraltareño Clive Finlayson, del Museo de Gibraltar, analizó unas muescas cruciformes de al menos 39 mil años de antigüedad halladas en una cueva del Peñón y concluyó que fueron realizadas intencionadamente con fines decorativos.
La cueva de Gorham está considerada como uno de los últimos lugares habitados por los neandertales. Los investigadores descubrieron las muescas en una plataforma natural de en torno a un metro cuadrado, que se eleva unos 40 centímetros sobre el nivel que tenía entonces el suelo de la cueva.
Gracias a análisis geoquímicos, se dató la capa estratigráfica que cubre los grabados en hace 39 mil años, por lo que las propias muescas serían más antiguas. En aquella época el hombre moderno aún no había llegado a la región, añaden los expertos. Las herramientas halladas en esa capa pertenecen a la cultura musteriense de los neandertales.