“La guerra de Troya empieza por Helena… es el cuerpo de una mujer. La Ilíada empieza con la cólera de Aquiles porque le quitan su botín, que es el cuerpo de una mujer. Y tenemos en 2023, las primeras imágenes (en el ataque terrorista de Hamas contra Israel) que aparecen, son los cuerpos ensangrentados, violados, asesinados, torturados de las mujeres. O sea, la historia de las mujeres es la historia de sus cuerpos”, asegura Ethel Krauze a MILENIO.
“El primer botín de una guerra es el cuerpo de las mujeres, las mujeres violadas, filmadas y presentadas al mundo. Para nosotras, como mujeres, es obvio, porque lo vivimos. Nosotras, desde que damos un paso afuera de la casa e incluso dentro de la casa, nos sentimos un cuerpo, no porque no seamos seres pensantes, es porque sentimos la amenaza permanente. Pero a la mujer no solamente la matan, la torturan, la violan, porque ese es un poder que ejercen los hombres sobre el cuerpo de las mujeres y no tiene que ver con lo sexual, tiene que ver con el ejercicio del poder”, agregó la escritora.
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La narradora Ethel Krauze presenta Oscura punta, un poemario publicado por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Un solo poema dividido en capítulos sobre la historia de un cuerpo larga e intensamente abusado en la infancia, la pubertad y la adolescencia.
“Era hora de que mi cuerpo hablara. Es sobre ese cuerpo que ha sido intervenido, que ha sido abusado, que ha sido mancillado, que ha sido convertido en un objeto de poder de un hombre y está metaforizado; el cuerpo es el mar y el poder del hombre es un pepino de mar que oscurece la tierra, la transparencia y paraliza el movimiento de las olas. La historia que cuento allí es lo que va pasando en el cuerpo de la mujer cuando ocurre un abuso”.
Ethel Krauze aseguró que el libro casi lo escribió con los ojos cerrados y es como decir: “Se acabó”.
“Nos hemos vuelto una voz colectiva. Acuérdate que ahora se volvió un lema en España con Jenny Hermoso de decir: ‘se acabó’, ya se acabó el guardarse las cosas, el querer quedar bien, guardar las formas, ya se acabó ese pacto. Hay una fuerza de la colectividad que nos contagia a todas”.
Para la entrevistada, son las propias mujeres las que van ganando terreno y espacios y van obligando a que cambien las cosas.
“Vamos teniendo menos paciencia para continuar con ese pacto patriarcal con el que fuimos educadas para asumirlo también nosotras y vamos convirtiéndonos en una voz colectiva y en un espacio colectivo de reivindicaciones. Yo pienso que sí hay cambios, por lo menos ya se dicen, se escriben, se invocan entre nosotras, de aquí a que haya realmente un cambio institucional pues va a tardar. Yo sí siento que las mujeres sentimos más hartazgo, tenemos menos paciencia y nos sentimos más fuertes”.
La autora de Oscura punta opinó que cada vez hay más lectoras y ahora más, porque las autoras están teniendo más espacios.
“No porque les sean regalados, sino porque se los han abierto. Ahora ya no tienes que hacer un filtro de una sola editorial para que tenga a bien publicarte, hay otras formas, creas tu propia comunidad de publicación, abres un blog, YouTube o tu muro de Facebook y estás publicando y unas a otras se espejean y se leen. Las mujeres si tenemos muchas cosas que decir con autenticidad y los autores varones creo que están un poquito pasmados ahorita, recurren a los mismos elementos que les han funcionado, pero no se siente la fuerza de la necesidad auténtica de explorar caminos en la literatura, porque no lo necesitan, no lo han necesitado. Seguramente esto los va a hacer también revolucionar; pero ahorita es el momento del interés de las lectoras por las autoras. Va de la lectura a la escritura y de la escritura a la lectura: hay un diálogo que está en gran movimiento”.
Ethel Krauze señaló que, en este momento, las escritoras están rompiendo los cánones tradicionales de los géneros literarios “porque ya no cabemos allí, no cabemos en el cuadrito, son cuadritos que se han hecho para los varones que han tenido un tipo de proceso histórico, pero las mujeres estamos teniendo otro y no cabemos en los cuadritos de los géneros literarios y además no nos interesa caber. Estamos construyendo una nueva manera de entrar en el campo de la literatura. Yo no digo que eso ya te garantice una calidad literaria pero tampoco estamos peleando por eso, no estamos peleando por una jerarquía, no nos interesa competir, no estamos buscando eso… nuestras urgencias son otras. Piensa en las madres buscadoras, ¿tú crees que les interesa la cuestión política? Lo que quieren es encontrar los huesos de sus hijos, entonces, las autoras lo único que queremos es encontrar los huesos de nuestras historias que han estado igualmente enterrados y necesitamos sacarlos para ver, para acabar de completar nuestra historia en el mundo, para empezar a sentir legitimidad de que tenemos derecho a la existencia”.
Finalmente, la poeta y narradora Ethel Krauze, adelantó que trabaja en tres historias diferentes.
“Estoy explorando algo nuevo, cada uno de mis libros es muy diferente y ahorita me está tocando mucho la novela juvenil, pero no juvenil moralizante, ni que pueda dar un mensaje a los jóvenes. Juvenil, ruda, chicos de secundaria con la carga de valemadrismo, de depresión, de furia y lo mezcló con elementos fantásticos como de aventuras fantásticas, pero con una realidad muy lastimosa de lo que viven los jóvenes de hoy”.
PCL