Hice cine cuando tenía historias que contar: Alejandro Pelayo

Entrevista

El director de la Cineteca Nacional habla de cómo ha logrado una audiencia de 1 millón 300 mil personas en el recinto, de cómo se seleccionan los títulos que se proyectan y de dónde quedó su faceta de creador.

Afirmó que el cineasta se convirtió en un funcionario, aunque no piensa en el retiro. Especial
Ciudad de México /

Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, quien estudió Leyes, conocimientos que dice le han sido de gran utilidad para las actividades de su cargo, y quien en los 80 dio muestra de su capacidad para estar detrás de las cámaras en cintas como La víspera y Morir en el golfo, se acomoda tras su escritorio para atender la entrevista.

La noticia con la que inicia la charla lo enorgullece, 1 millón 300 mil asistentes a la Cineteca en el año que se extingue, motivo por el que el cineasta ha quedado atrás, “esperando a que haya una historia que contar”, por lo que el funcionario, al menos por ahora, acapara su tiempo y atención.

¿Cómo fue este año para la Cineteca Nacional?

Muy bueno, logramos una meta importante, que es un número aproximado de 1 millón, 300 mil asistentes, similar a la del año pasado. En los últimos tres años hemos tenido cifras más o menos de la misma cantidad, nuestra audiencia se ha estabilizado... la Cineteca ya tiene su público. A finales del año pasado era Roma la película que nos trajo mucha gente a la Cineteca; ahora  tuvimos la de Woody Allen (Un día lluvioso en Nueva York), tenemos Guasón, el paquete de Netflix, que es muy interesante. El Irlandés de Martin Scorsese. Historia de un matrimonio y Los dos papas, que son películas de Netflix de alta calidad y que se tienen en la Cineteca para que la gente las pueda ver en pantalla grande.

A seis años de gestión, ¿qué ha hecho para lograr esos números?

Los dos primeros fueron básicamente terminar la obra en la Cineteca; es decir, había áreas que no estaban concluidas, como la galería, donde está la exposición de Luis Buñuel; la videoteca, algunas salas todavía no estaban con los proyectores más adecuados, luego los dos siguientes fueron de consolidación, ver la forma de que creciera el público, y ya desde 2017 rebasamos el millón de espectadores y ahora se ha consolidado con esta cifra. Yo diría que la gente ya siente que es un espacio donde hay una oferta cinematográfica muy amplia, que va desde películas comerciales de alta calidad, como la de Woody Allen o la de Scorsese, a películas de búsqueda, más experimentales, independientes; muchos documentales que solo se pueden ver aquí. Y mucho estreno de cine mexicano. Creo que somos el espacio que más cine mexicano exhibe.

¿Se ha quitado el estigma de que la Cineteca es un espacio para el cine de arte?

Yo trabajé en la otra Cineteca, trabajé en la que tenía dos salas, como jefe de programación; trabajé en la de cuatro salas y ahora estoy con 10; lo que sucede es que es un espacio tan amplio que el concepto de Cineteca te rebasa. Es retrospectiva, ciclos especializados, semanas de diferentes nacionalidades, con eso le daríamos batería a tres salas, pero en el momento que tienes tantas salas, es necesario diversificar tu oferta. Y en ese sentido, tienes estrenos y ciclos. Nos está yendo muy bien con el ciclo de Luis Buñuel, de todas las películas que hizo en México, que está en paralelo a la exposición. Y, por otro lado, tienes películas más experimentales, tienes esa posibilidad de amplia oferta.

¿Cuál es el plan de la Cineteca para 2020?, Canacine dio números que reflejan la gran producción que se está haciendo en México, pero sobre todo de la presencia del público en las salas...

El cine mexicano es como una gama amplia, me da mucho gusto que le vaya muy bien a las comedias. Ahora lo que es interesante es que aquí en la Cineteca le va bien a las que no son comedias. Por ejemplo, Chicuarotes hizo más de 30 mil espectadores en una sola sala, acabamos de estrenar Esto no es Berlín y en la primera semana hizo 5 mil personas. Es decir, hay un cierto tipo de cine que su espacio natural es la Cineteca.

¿Quién decide qué títulos se proyectan?

Hay un comité de programación que dirige Nelson Carro, y hay un grupo en el que me incluyo, donde vamos viendo las películas, se cubren los festivales, tenemos especialistas que nos dicen lo que pasó en Cannes, Berlín; sabemos cuáles son las películas importantes. Las distribuidoras nos ofrecen sus películas que traen a México, se van viendo.

¿Quiénes integran el público de la Cineteca?

Un 70 por ciento es entre 18 y 25 años, un 30 por ciento el resto de personas y un grupo importante de tercera edad. Y hay una cuestión importante, que es el precio, para el grupo de 25 años para abajo hay un descuento automático del 50 por ciento, y el descuento también es para las personas  arriba de 60 años. El público de la Cineteca no es el que va a las salas comerciales, es de muchos estudiantes, muchas parejas, jóvenes que vienen con la novia y luego se toman un café.

¿Dónde queda el cineasta?

El cineasta se volvió funcionario. Lo veo como ciclos, tuve la oportunidad de hacer cine cuando tenía historias que quería contar, como La vísperaMorir en el golfo, porque Miroslava fue un encargo. No era un proyecto que yo hubiera generado. Después hice la segunda parte de la serie Los que hicieron nuestro cine. Pero espero algún día volver. Por eso uno siempre tiene que decir, Miroslava es mi penúltima película, porque la última todavía no sé cuál va a ser. 

  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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