Hicieron Mafaldomancia en el homenaje a Quino

Diego Mejía, Bef, Magú y Juan Alarcón admiraron la vigencia y genialidad del personaje de Joaquín Lavado Tejón con humor que niños y grandes disfrutaron.

Con una nueva reedición de sus cartones, los moneros realizaron el homenaje a su estilo.
Arllete Solano
Guadalajara /

“Soy un Felipito cuando se trata de Mafalda pero prefiero ceñirme a Mafalda que al zodiaco. Igual que el I-Ching usted puede encontrar consuelo. Si hace una pregunta al azar, Mafalda le contesta y le contesta muy bien”, en el homenaje a Quino, el primer ilustrador ganador del Primer Premio Príncipe de Asturias, uno de los participantes, el caricaturista Bef sin proponérselo logró que el ejercicio se realizara. Una niña pasó al frente a hacer una pregunta que la caritucatura respondió.

El encuentro de moneros estuvo integrado también por Diego Mejía, y Juan Alarcón y Magú, que hablaron de la genialidad del dibujante de historieta tan cómica como inteligente, que se ha convertido en clásico por su vigencia. Su creación surgió “en un momento dramático, en las peores tiempos de América Latina, en los momentos de la dictaduras, cuando los muertos eran muertos y a lo largo del tiempo los gobernantes se han encargado de mantener esas condiciones, por eso es vigente”, reflexionó Magú.

También dijo que él mismo es padre de familia que trabaja arduo para mantener a su familia. Pero aseguró que Quino ha tenido “una actitud un tanto diferente”, pues su hija, en este caso Mafalda es quien lo mantiene. Subrayó que es el gran mérito de Quino, “no hablo de su contenido sino lo importante que es para un ser humano y que a los diez años, tu hijo te pensione. A partir de los diez años su hija le está generando ingresos, muy poco autores podemos hacer eso”, comentó y agregó su toque de comicidad “por fortuna mis dibujos no se han convertido en mis hijos, porque son de Salinas de Gortari o Fidel Velázquez”.

Con una nueva reedición de sus cartones, los moneros realizaron el homenaje a su estilo. Alarcón presentó un presente tropicalizado de todos los personajes, en el que Susanita dejó la Universidad del Valle para casarse con el hombre de sus sueños, un norteño pelo en pecho que desapareció y hoy se gana vida vendiendo productos Mary Kay. Y de Mafalda, inventó dos versiones, en la primera no se supo nada de ella porque abandonó el país, la otra la convertía en egresada de la carrera de ciencias políticas y se volvió una activista social de izquierda.

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