Acaxochitlán es de esos municipios que envuelven al turista con su belleza natural, la sencillez de su gente, su arquitectura, así como su comida que deleitará a los gustos más exigentes, y se ubica a tan solo 30 kilómetros de Tulancingo, Hidalgo.
Llegar a este sitio es disfrutar de los paisajes de la Sierra de Tenango con escenarios pintados de colores por las flores que se dan en el lugar y los pinos que enmarcan estas postales, así como las neblinas que de forma frecuente abrazan el camino hacia este hermoso municipio hidalguense.
Es un pueblo de origen prehispánico cuyo nombre en náhuatl significa “lugar donde florece acaxochitl”, la bella planta de flores rojas de la familia de los carrizos que se traduce también como “lugar donde florece el carrizo", y que está conformado por calles empedradas que limitan a las viejas casonas, muchas de ellas aún construidas con técnica de adobe.
El centro de este pueblo indígena, se engalana con el resplandor de su antigua iglesia parroquial Santa María de la Ascensión, construida en 1568, que logra hipnotizar a quienes la visitan por su decoración, cuyo interior es de fecha más reciente, junto con la capilla y el altar terminada entre los años 1793-1845, dedicada al Señor Colateral, muy venerado por el pueblo y responsable de las tradicionales fiestas celebradas en su honor en mayo.
Así también, está la capilla de Nuestra Señora Guadalupe, construida en 1909 sobre el basamento piramidal; pero también su kiosco roba miradas, ya que cuenta con un estilo moderno art deco por lo que sobresale entre la típica arquitectura serrana el reloj de cantera construido en 1928.
Uno de sus principales atractivos gastronómicos es el tianguis que se coloca los domingos, en el que se puede hallar diversas artesanías coloridas, prendas bordadas, cinturones, objetos de madera y muchos objetos más hechos por las manos creativas de muchos de sus habitantes, pero en especial, la diversidad de sus platillos como molotes, guisados con hongos o con animales que se reproducen en el lugar, como el conejo.
¿Qué visitar en Acaxochitlán?
Así también, en el edificio del Ayuntamiento, construido en 1893, se puede ver uno de dos valiosos lienzos de Acaxochitlán que representan la historia de su poblamiento; y también es obligado visitar el museo que aloja, entre todos los objetos, ídolos y otras piezas prehispánicas auténticas de los pobladores otomís-tepehuas de la región que habitaron el lugar antes de La Conquista.
Sin embargo, el verdadero atractivo de Acaxochitlán son sus tradiciones y diversos festejos. Algunos con motivos religiosos y otros de carácter cultural, aunque todos muy vistosos y que hacen del lugar un verdadero atractivo junto con sus comunidades y parajes naturales para recorrerlos, pasar aquí unos días agradables contando con hospedaje.
Una de sus más grandiosas festividades es la del 25 de julio cuando se celebra el Festival de la recolección de hongos que crecen en esta prodigiosa región, más de 30 distintas variedades y todas comestibles, materia prima principal de las cocineras tradicionales que habitan en el lugar y que guardan con valía las diversas recetas que van pasando de generación a generación, una verdadera riqueza que guarda Acaxochitlán.