El silencioso testigo del tiempo en el primer siglo de Ecatepec

Especial Fin de Semana

Desde una torre monumental de la cabecera municipal, tiene una historia arraigada a sus raíces, escondida en relatos de cien años de tradición.

“Es uno de los iconos de los oriundos de San Cristóbal porque representa el esfuerzo, unión y trabajo comunitario”. (Especial)
Alejandra Gudiño
Ecatepec /

Sus campanas se escucharon por última vez en el mes de septiembre del año 2019. Fiel testimonio del transcurrir del tiempo en forma ininterrumpida desde el 11 de abril de 1971, el reloj de la cabecera municipal de Ecatepec tiene sin embargo una historia de muchos más años, que se remontan a hace casi un siglo.

En efecto, como narra Angélica Rivero López, doctora en antropología y cronista municipal, el reloj fue adquirido en 1926 y “es uno de los iconos de los oriundos de San Cristóbal porque representa el esfuerzo, unión y trabajo comunitario”.

Comentó que las autoridades municipales, encabezadas en ese entonces por el alcalde Antonio Massé, solicitaron la cooperación voluntaria de la comunidad y cada habitante de San Cristóbal aportó lo que estuvo en sus posibilidades.

“Por testimonios orales se sabe, que un ciudadano no tenía dinero en efectivo para cooperar y lo único que pudo aportar fue una “cerdita” y años después esta persona cada vez que escuchaba el sonido del reloj al dar la hora, exclamaba — ¡Oye mi marranita!”, contó, y dijo que el reloj se compró a la compañía alemana “Hermanos Diener”, dueños de la Joyería y Relojería “La Perla” y el número de serie del fabricante es: SS208.

Destacó que “el sonido que emitía al marcar las horas era inconfundible e inexorablemente es símbolo del paso del tiempo. Muchos ciudadanos participaron con su trabajo, esfuerzo y cooperación para comprarlo”.

Actualmente el reloj destaca en lo alto de una torre monumental, edificada en 1971, misma que fue construida con recursos obtenidos mediante la organización de bailes, kermés, venta de boletos y colectas a domicilio.

Pero antes llegar a ese lugar tuvo un periplo que incluyó desde peticiones para su compra hasta su “rescate” del olvido.

De acuerdo con la cronista Angélica Rivero López, cinco años antes de que fuera inaugurada la Presidencia Municipal, el 23 de febrero de 1905, vecinos de la entonces Villa de San Cristóbal Ecatepec, solicitaron al Ministro de Gobernación federal que donara el reloj viejo de Palacio Nacional pero la petición no tuvo respuesta.

El edificio de la alcaldía fue inaugurado el 20 de diciembre de 1910, como parte de los festejos del Centenario del inicio de la Independencia. El inmueble, “de construcción sobria y elegante de planta rectangular y Estilo Neoclásico”, costó una fortuna: 3 mil pesos de entonces, aunque la fachada no tenía reloj.

Tuvieron que pasar, primero las incursiones de las Fuerzas de Emiliano Zapata a principios de 1915 que destruyeron e incendiario mobiliario de la presidencia municipal, y luego 16 años para que el inmueble fuera modificado arquitectónicamente en su frontispicio y pudiera albergar un reloj, mismo que fue colocado en el centro de la fachada norte de la alcaldía.

El aparato funcionaba con en granes y también contaba con un mecanismo de cuerda, contrapeso y carillón de tres campanas, según cuenta la cronista local, Rivero López.

“Las piezas son de bronce, hierro y acero, La maquinaria antigua del reloj está montada sobre béquelas columnas de Estilo Dórico y originalmente sólo tuvo una carátula de cristal. Tres campanas de bronces de diferente tamaño sirven para indicar las horas y los cuartos de hora”, expresó la profesionista.

Agregó que “en la parte superior de cada campana tiene un panel con decoración fitomorfa, es decir, en forma de planta o vegetal, enmarcada con líneas horizontales paralelas. La campana mayor, cuya fusión es indicar horas, además presenta en su parte media el siguiente texto: DIENER HERMANOS, MEXIKO 1926”.

Resaltó que el mecanismo para el toque es mediante un mazo de bronces que golpea el borde inferior externo de la campana, y que una vez instalado el reloj, “el encargado de darle cuerda con un cran (manivela de fierro doblada en uno de sus extremos en forma de letra U, que sería para darle cuerda y echarlo a andar) fue el señor Emeterio Paredes Rosales”.

Años más tarde, el 25 de febrero de 1969, al inaugurarse el nuevo palacio municipal de Ecatepec, su estilo arquitectónico modernista no incluyó en el diseño un espacio para colocar el antiguo reloj.

Con la demolición de la vieja presidencia municipal, el reloj fue retirado y se dio por perdido y supuestamente encontrado después en el poblado de San Pedro Xalostoc, aunque otra versión recogida por la cronista municipal aseveró que el aparato fue entregado para su resguardo al señor Carlos Valdés y que éste a su vez lo entregó a vecinos de dicha población.

MMCF

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