Aún no acaba el litigio por la casa donde nació Adolf Hitler

Patrimonio

Desde 2011, la propietaria del edificio, Gerlinde Pommer, vetó a todos el uso del edificio por el que recibía un alquiler mensual de 4 mil 800 euros.

La casa natal del ex dictador fue rentada por el gobierno de Austria durante 40 años. (Foto: AFP)
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Viena /

La historia sobre el futuro de la casa natal de Hitler se enriqueció con un nuevo litigio en torno al valor de la edificación recientemente comprada por el Estado austriaco por una suma que la propietaria y la justicia consideran insuficiente.

Austria anunció que apeló un reciente juicio de un tribunal regional que le ordena pagar 1.5 millones de euros a la ex propietaria de la casa, es decir cerca de cinco veces la suma de 310 mil euros que el Estado consideraba razonable desembolsar para este inmueble.

El Estado austriaco se volvió propietario en 2016 de esta casa citadina, situada en el centro de Braunau-am-Inn, en la frontera alemana, tras un largo procedimiento de expropiación destinada a facilitar el control del uso de la edificación cargada con un pasado molesto.

Y es esta historia la que le da valor a la imponente edificación, sin prestigio arquitectónico especial, indicó el tribunal de primera instancia.

El Estado considera por el contrario esta evaluación muy elevada si se tienen en cuenta los alquileres que pagó durante años hasta la confiscación de la casa y los gastos invertidos en ella.

Antes de convertirse en propietaria, Austria alquiló durante más de 40 años la casa a su propietaria, Gerlinde Pommer.

Durante ese periodo, el servicio público había instalado un centro para discapacitados, una categoría para la población que fue víctima del régimen nazi.

Pero a partir de 2011, la propietaria vetó a todos el uso del edificio por el que recibía un alquiler mensual de 4 mil 800 euros.

No ocupada, la casa donde el dictador nació en 1889 se convirtió en un lugar de cita de nostálgicos del III Reich, conduciendo al gobierno a decidir la apropiación de la casa, a la que se oponía Pommer. Un procedimiento ante la Corte Europea de Derechos Humanos sigue en curso.

La idea de una demolición de la casa fue reemplazada por un proyecto de profundo cambio arquitectónico para que no se pueda volver a identificar el edificio.

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