Hospital Infantil salva a una bebé con cirugía fetal

Una malformación congénita evitaba que sus pulmones se desarrollaran, por lo que decidieron operarla en el vientre a las 25 semanas de gestación.

Los especialistas presentaron el caso exitoso con Keila Sarani Ruiz Lira, la sobreviviente, y su madre, María Luisa Lira Romero.
Blanca Valadez
México /

Especialistas del Hospital Infantil de México Eduardo Liceaga salvaron la vida de Keila Sarani Ruiz Lira luego de practicarle una fetoscopía, técnica basada en introducir por la boca del nonato una especie de globo que permite que los pulmones crezcan y se desarrollen.

Jaime Nieto Zermeño, director médico del hospital, en compañía de los cirujanos fetales y neonatales Cristian Zalles Vidal y Daniel Ibarra Ríos, explicó que los niños con este tipo de malformación congénita conocida como hernia del diafragma no tienen posibilidad de sobrevivir si no se interviene.

La menor ya vive con sus padres, tiene ocho meses, respira por sí misma y ha tenido un desarrollo normal.

El procedimiento

En agosto se realizó la fetoscopía con pronósticos poco alentadores debido a la severidad del padecimiento: pulmones disminuidos en 30 por ciento respecto a lo que debe medir uno normal.

“Cuando los pulmones están dentro del útero están llenos de líquidos y los vasos pulmonares, que llevan sangre a ese pulmón, están cerrados y cuando nacen se llenan de sangre para obtener oxígeno, muchos niños mueren pese a ser reanimados por falta de diagnóstico prenatal”, detalló Nieto Zermeño.

Los especialistas dijeron que el procedimiento es relativamente nuevo en México. A las 25 semanas de gestación realizaron una punción en el abdomen de María Luisa Lira Romero, madre de Keila, para introducir una cámara de cirugía endoscópica.

Una vez que se localizó la boca del feto se le introdujo por la tráquea un dispositivo inflable para generar espacio para los pulmones. Toda esta primera etapa duró 40 minutos. Con la técnica se evita realizar una cirugía abierta.

El 2 de octubre nació Keila de manera prematura. Un equipo multidisciplinario atendió el parto por cesárea: la madre y el feto fueron sedados y antes de retirar la placenta y cortar el cordón umbilical.

Daniel Ibarra Ríos, médico adscrito al Servicio de Neonatología, indicó que una vez estabilizado el neonato se lleva a cabo la segunda cirugía para separar el tórax del abdomen y colocar todos los órganos en su sitio.

Esa intervención demoró una hora, aunque todos los especialistas estuvieron 24 horas disponibles y, hasta que tuvieron la certeza de que la pequeña estaba bien, retiraron los aparatos. Luego de dos semanas la dieron de alta con acompañamiento de oxígeno.

El padecimiento

La hernia del diafragma provoca que durante la etapa gestacional los órganos, como intestino, estómago, hígado, riñones o bazo, se puedan desplazar en el tórax comprimiendo a los pulmones sin permitirles su desarrollo.

Se calcula que en México uno de cada 3 mil recién nacidos tiene este padecimiento y en el país solo existen alrededor de 15 cirujanos fetales certificados. “Creemos que podrían nacer alrededor de mil 500 bebés al año con este tipo de malformaciones”, comentó Nieto Zermeño.

En el Hospital Infantil de México han realizado nueve intervenciones a fetos con hernia del diafragma desde 2013, de los cuales cuatro están vivos y cinco fallecieron. La razón es que esta técnica de alta complejidad no siempre logra que el pulmón del feto crezca de manera perfecta, agregó Zalles Vidal.

“Quiero subrayar que estos niños están condenados a morir, y con esta técnica hemos alcanzado que de 40 a 50 por ciento que sobreviva. No hay que olvidar que las malformaciones congénitas son la principal causa de muerte en recién nacidos”, destacó el especialista.

Lira Romero jamás sintió síntomas de que estaba en peligro su bebé; fue a través de un ultrasonido, realizado en León, Guanajuato, donde se detectó la anormalidad del diafragma.

No todos los fetos son candidatos a este tipo de cirugía, ya que en caso de detectar alteraciones cromosómicas o del sistema nervioso central, así como cardiopatías graves, se consideran no aptos.

Los pequeños que sobrevivieron gracias a la intervención tienen un adecuado desarrollo, aunque tendrán que seguir cuidando sus órganos, pues son propensos a sufrir de neumonías.

Keila, cuya atención fue en parte cubierta por el Seguro Popular, ya se encuentra en casa, pero debe de usar medicamentos para evitar infecciones.

“Es una niña normal, muy activa, llora, dice papá. A mí me aclararon que era de alto riesgo esta intervención y algunas personas me sugerían interrumpir el embarazo, pero ahora que la tengo en mis brazos sé que valió la pena”, señaló la madre.

LAS MÁS VISTAS