Al ver la entrada de Ida Vitale y Elena Poniatowska, dos premios Cervantes, el público que las esperaba se puso de pie en señal de respeto en la edición 2022 de la Feria Internacional del Libro de Monterrey.
Las dos escritoras, ganadoras del Premio Cervantes, participaron en la charla “Escribir a los noventa” pero fue más un encuentro entre amigas.
- Te recomendamos Inicia la edición 50 del Festival Internacional Cervantino Cultura
“Me da mucho gusto ver a todos y considero un gran honor poder hablar y hacerle preguntas a Ida Vitale, porque la admiro desde hace años y ella estuvo en la revista de Octavio Paz, que la quería y adoraba”, dijo Elena Poniatowska.
Y la primera en preguntar, claro, fue la gran periodista mexicana: “Ida Vitale es una mujer que lo sabe todo del amor, ¿qué es el amor?”
“Solo a ella se le pueden ocurrir preguntas tan indiscretas. Es una reina introductora”, respondió la poeta uruguaya.
“Tuve la suerte de tener un marido muy joven, que no sirvió de mucho porque se murió antes. Enrique Fierro era profesor y poeta, lo tuve de guía, me hizo muy feliz y lo mejor es que si uno comete un error, que la culpa sea de él (risas)”, agregó.
Elena Poniatowska no se salvó, y también habló del amor y recordó a su esposo.
“Me enamoré de Guillermo Haro, astrónomo y astrofísico que murió hace tiempo y fue una guía en mi vida y era muy serio. El periodismo al que me he dedicado te permite hacer chistosadas y estar metida en la política. Siempre termina dándote grandes decepciones. En nuestro país y en América Latina nos hemos llevado muchos fregadazos, muchos golpes, pero ver el cielo desde arriba de una iglesia con él era un regalo”.
Agradecida con Paz y México
La poeta Ida Vitale recordó sus años en México y el apoyo que le dio el escritor Octavio Paz.
“Yo venía exiliada, de allá abajo, del Uruguay, que no era un país tranquilo ni muy acogedor. Octavio tuvo la generosidad de darme cabida en su revista y entrar de su mano a cualquier lugar te abre todas las puertas. Mis años en su país fueron maravillosos... me hacen sentir muy mexicana”.
La moderadora de la charla les preguntó: “¿En qué sentido, consideran que han dejado al mundo un poco menos chueco de como lo encontraron?”
“Yo no tengo la menor pretensión de cambiar al mundo, si no que me he cambiado mucho a mí. Soy la misma, soy menos sabia que cuando era joven y estoy capacitada para decir más tonterías, ¿qué diablos les voy a decir?”, respondió Poniatowska.
Ida Vitale se rió y opinó: “Uno va entrando al mundo de manera tropezada y confusa, y luego viene la vida con todos sus problemas, pero la vida soluciona”.
“La poesía es algo maravilloso que tienta bien o mal, luego el resultado ahí va. La poesía es algo que va encima del postre, ¿podemos vivir sin postre? Yo creo que no. La poesía es un camino de perpetua elección”, continuó Vitale.
Poniatowska no dejaba de entrevistar mientras que Vitale respondía todo. En eso la mexicana dijo: “¡Así como nos vemos, entre las dos, casi tenemos ¡200 años!”
Su relación con el poder
Vitale y Poniatowska charlaron como grandes amigas, rieron, se miraron, había complicidad entre ellas.
¿Cómo han lidiado con el poder?, les preguntaron.
“En Uruguay es una democracia pequeña y creo que las mujeres no han estado marginadas ni en segundo plano. Creo que nuestros compañeros hombres se llevan bien con la materia política y yo, por lo menos, nunca me sentí muy llamada por eso, pero celebro a las mujeres que se dedican a eso”.
Elena Poniatowska se limitó a decir que en México hay muchas mujeres involucradas en la política.
Si pudieran regresar al momento de cuando comenzaron a escribir, ¿qué dirían?, fue otra de las preguntas. “No dedicarse tanto al periodismo como lo hice yo”, contestó Elena Poniatowska.
“No desdeñes al periodismo (risas)”, regañó Ida Vitale a su amiga. “Creo que es la manera de acercarse a la gente y la tiene difícil. Hay gente que no lee un libro, pero lee los diarios. Volviendo a la pregunta, trataría de hacer mejor lo que hice, regular. Siempre se puede mejorar, no mucho, porque luego salimos un poco desubicados”.
Elena Poniatowska dijo: “A lo largo de mis años en México ha crecido el amor que siento por las mujeres, siento una admiración por las mujeres que venían del campo, de su pueblo a la ciudad y que cantaban, algo que nunca he olvidado cuando llegue a mi país, a México, era como un jardín de flores”.
De inmediato, la poeta uruguaya, comentó: “Me alegro mucho de que ella haya traído el tema de la música. Si pudiera volver a nacer, (que) me dieran la posibilidad de orientarme a mí misma por el camino de la música. A nadie envidio más que a los que hacen música”.
La charla se prolongó, las escritoras la estaban pasando bien en el estrado, aunque, Poniatowska comentó que siempre le “chivea” estar arriba.
“Tenemos casi 200 años que les brindamos con mucho cariño y agradecimiento de que estén aquí, escuchándonos, porque ahora, los jóvenes suelen pensar que las personas mayores no tenemos nada que decir, ellos piensan que saben más que nosotras (risas)”, comentó la escritora.
Finalmente, Elena Poniatowska reveló que le gustaría escribir sobre una gran mujer: Ida Vitale.
“Si se deja Ida y me lo permite, claro que la escogería a ella para escribir. Espero que haya la posibilidad”.
Por fin, Ida tuvo la oportunidad de preguntarle algo a Elena.
“¿Qué tiene ganas de hacer en la próxima década?”
“Tengo ganas de que en la próxima década vuelvas aquí Ida y nos volvamos a encontrar y desearía que esto se repita y se repita, como se repiten las olas del mar. Eso sería un regalo para mí”, respondió Poniatowska.
Ida Vitale se dio tiempo de firmar libros, mientras que su amiga y cómplice se escabulló de los fans, no sin antes abrazar y recibir un cariñoso beso de la poeta uruguaya.
PCL